Entre la noche del 14 y 15 de Abril de 1912, se hundía uno de los barcos más majestuosos que hasta ese tiempo habían existido: El Titanic. Decían que "ni Dios podía hundir ese barco" por sus medidas, los materiales y su diseño, sin embargo hoy se sabe que precisamente estas fueron las causas de su hundimiento el acero con el que había sido construido era de baja calidad, debido a esto en el momento del choque con el iceberg los tres compartimientos herméticos permitidos para que siguiera a flote se destruyeron terminando en el desenlace que todos conocemos cobrando la vida de 1500 personas, la mayoría de la tercera clase.
Entre la noche del 14 y 15 de Abril de 1912, se hundía uno de los barcos más majestuosos que hasta ese tiempo habían existido: El Titanic. Decían que "ni Dios podía hundir ese barco" por sus medidas, los materiales y su diseño, sin embargo hoy se sabe que precisamente estas fueron las causas de su hundimiento el acero con el que había sido construido era de baja calidad, debido a esto en el momento del choque con el iceberg los tres compartimientos herméticos permitidos para que siguiera a flote se destruyeron terminando en el desenlace que todos conocemos cobrando la vida de 1500 personas, la mayoría de la tercera clase.
A partir de esa fecha muchas preguntas surgieron acerca de su naufragio unas tan simples como los motivos y el proceso del mismo, hasta otras sobrenaturales que tienen que ver con profecías, malos presentimientos, presagios y hasta maldiciones antiguas.
Comenzare con la profecía, que se refiere a la novela “Futulity” de Morgan Robertson quien alude a un barco llamado TITAN, el cual hacía su viaje inaugural en el mes de Abril de Estados Unidos a Europa, el del Titanic fue al inverso; el primero tenía solamente 24 botes salvavidas, el segundo tenía 20, ninguno de los dos poseía la capacidad para salvar ni siquiera a la mitad de sus pasajeros y tripulación. Ambos tenían casi las mismas medidas, tenían tres hélices y dos mástiles, y alcanzaban velocidades altas de navegación.
Los dos el de fantasía y el real eran considerados indestructibles, de lujo y el orgullo nacional inglés. Ambos chocaron contra un iceberg en el Atlántico Norte en su primera travesía, aunque en el TITAN el clima era adverso y en el Titanic un clima limpio. Este libro fue escrito en 1898, catorce años antes de que la tragedia sucediera.
“Una joven pasajera se despertaba en la noche al escuchar unos agudos gritos y tenía una visión: ante ella un navío zozobraba tras haber sido golpeado con un iceberg. Los gritos que le habían despertado eran de los náufragos.”
Este es un fragmento del relato de W.T. Stead, quien escribió una historia de ficción en la cual se hundía un barco en el Atlántico Norte que, como el primero, tiene bastantes coincidencias con el hundimiento real. Lo desafortunado de este, es que el autor del escrito murió con el barco.
Stead embarcó en el Titanic ya que debía dar una conferencia en Nueva York. El ya tenía un mal presentimiento pero no sabía de lo que se trataba. Quienes en el barco conocieron a Stead y sobrevivieron cuentan que tuvo un cambio drástico de ánimo: los primeros tres días estuvo alegre y animado, mientras que al cuarto se le encontraba preocupado y solitario. Momentos después del impacto un abogado de Nueva York lo encontró totalmente estupefacto, sin creer lo que estaba sucediendo. Un camarero le dijo que se pusiera los chalecos salvavidas, pero éste respondió que para qué si no era necesario, el último testimonio cuenta que lo vio en la popa, silencioso aceptando que él había escrito su propio fin.
Otros cuentan que tuvieron sueños y premoniciones de lo que pasaría esa noche y decidieron mejor no embarcarse, sin saber que de verdad estaban salvando su vida.
Una leyenda que puede quedar en sólo eso, una leyenda, en la que se dice que había entre los pasajeros una sacerdotisa egipcia de la era de Akhenatón, el faraón hereje. Así es, cuentan que una momia iba a bordo del barco, que en su tiempo fue respetada y alabada por sus poderes de adivinación y de hechicería.
Los exploradores que encontraron a la momia llena de amuletos y joyas típico del embalsamamiento les llamó la atención uno que decía “Despierta en el sueño en que te sumiste. La mirada de tus ojos triunfará sobre tus enemigos”. Todos ellos murieron de forma extraña y se dice que pasó a manos de Lord Canterville quien se las arregló para poder llevarla en el Titanic, pero no como cualquier otro equipaje, sino detrás del puente de mando del capitán Smith.
Algunos dicen que esta leyenda es simplemente una historia para darle más misticismo al hundimiento ya que no hay nada que compruebe que hubo una momia abordo.
Hoy en día a más de 100 años de su naufragio este barco aun nos provoca nostalgia y tristeza por todas aquellas personas que fallecieron gracias a muchos factores que se tratan de corregir y que aun en nuestros días, no nos garantizan salir sanos y salvos de un naufragio como el del Titanic.
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