Juan odiaba viajar en avión, el terror que esa máquina le producía era insoportable, al ser un hombre de negocios hubo momentos en su vida en que no le queda más remedio que subir a ese monstruo y tomarse todas las pastillas que podía para dormir y resistir su miedo. Era por la noche y su ansiedad iba en aumento solo en pensar que al día siguiente era inevitable ir en aquel temido medio de transporte, sabía que no iba a resultar tan tortuoso, ya que solo era un viaje de seis horas. Las píldoras estaban listas sobre su mesa de noche y para poder dormir antes de salir al aeropuerto se tomó una.
Juan odiaba viajar en avión, el terror que esa máquina le producía era insoportable, al ser un hombre de negocios hubo momentos en su vida en que no le queda más remedio que subir a ese monstruo y tomarse todas las pastillas que podía para dormir y resistir su miedo.
Era por la noche y su ansiedad iba en aumento solo en pensar que al día siguiente era inevitable ir en aquel temido medio de transporte, sabía que no iba a resultar tan tortuoso, ya que solo era un viaje de seis horas. Las píldoras estaban listas sobre su mesa de noche y para poder dormir antes de salir al aeropuerto se tomó una.
La mañana no tardó en llegar y con ella el estruendoso sonido del despertador que anunciaba la llegada del inevitable viaje; el hombre salió de su casa, tomando la precaución de no olvidar nada, al sentarse en el cómodo asiento de primera clase, lo primero que hizo fue tomarse dos pastillas más para apaciguar su instinto primario de bajarse de ese aparato y salir corriendo.
Su angustia va en aumento y como hay un pequeño retraso y la sola sensación de estar encerrado le va generando aún más resistencia, Juan sin ningún miramiento toma dos píldoras más, acompañadas con una copa de bourbon, la somnolencia va llegando, pero a pesar de tantos medicamentos aún no se queda profundamente dormido, se encuentra en un estado de trance, donde en vez de haber retenido a sus sentidos, parece como si estos estuvieran aún más despiertos, siente cada sensación con más intensidad.
El avión está por despejar y el hombre, que parece dormitar, siente con cada molécula de su cuerpo cada pequeño detalle. Se siente solo y angustiado, a su alrededor no hay más personas, se pregunta para sus adentros ¿cómo para un viaje así soy el único pasajero?.
Una pastilla más para dormir realmente, esa es la solución, agarra el frasco y mira como las píldoras van desapareciendo, y el efecto de las que lleva dentro en vez de hacerlo dormir, lo mantienen despierto, mira como vuela bajo, sobre varias ciudades, al revisar su reloj se da cuenta que el avión debió aterrizar hace dos horas, intenta levantarse de su asiento para ir a preguntar a alguien si sabe la razón de la demora, pero no puede salir de su puesto, una turbulencia lo tira hacia abajo, y no deja de caer y caer; para cuando el avión se estabiliza está paralizado, mirando por la ventana como la misma ciudad, pasa una y otra vez por debajo de sus ojos.
Volar y volar sin nunca parar, ese es la pesadilla de terror en la que está sumido Juan, fuera en el hospital sus amigos lloran su pena al ver a su amigo en un estado de coma por haber ingerido demasiadas pastillas y alcohol antes de despegar. Dentro el pobre hombre que odiaba volar, está sumido en un viaje interminable en soledad, y turbulencias en donde no puede levantarse de su asiento y no hay más pastillas para calmarlo. Volar y volar y no poder aterrizar.
No olvide descargar Misteriosa Realidad gratis desde Apple Store y Google Play
COMENTARIOS