En año 1974 un grupo de investigadores, antropólogos y productores de televisión del “National Geographic” resueltos a realizar un documental sobre la Tribu de los Sentineleses, fue recibido con flechas en el aire hiriendo al director y responsable de la expedición. Al no captar ningún gesto de aceptación se retiraron de las inmediaciones.
La actitud de los hostiles de las Isla Sentinel del Norte en la India es para analizarse. Esa acción de sobreprotegerse constantemente de las personas provenientes del exterior, de manera tan definitiva de matar al intruso que osa poner los pies en su territorio o bien lanzar flechas con la intensión de herir a los visitantes a distancia, surge de alguna intuición de cómo nos desempeñamos los “de afuera”, cómo hemos alterado el ambiente de los lugares donde nos hemos presentado, modificando su ecosistema y el paisaje previo.
En año 1974 un grupo de investigadores, antropólogos y productores de televisión del “National Geographic” resueltos a realizar un documental sobre la Tribu de los Sentineleses, fue recibido con flechas en el aire hiriendo al director y responsable de la expedición. Al no captar ningún gesto de aceptación se retiraron de las inmediaciones.
Otra historia de verdadero contacto con los Sentineleses y su aversión a los extranjeros aconteció en 1982 con el astillero “Primrose” que encalló en los arrecifes circundantes a la Isla. El capitán y su tripulación, divisaron un paisaje sin asentamientos humanos visibles como viviendas o caminos. Sin embargo, el capitán ordenó a la tripulación permanecer en el barco por precaución. Al poco tiempo, en la playa descubrieron a individuos de piel muy oscura arrojar objetos como piedras y lanzas hacia su ubicación. Días posteriores realizaron una llamada de emergencia solicitando apresuraran el rescate pues dichos personajes comenzaron a construir balsas y canoas. La amenaza de los lugareños continúo sin reservas aunque el rescate llegó primero.
La Isla Sentinel, de 72 Km2 de extensión y 500 personas habitándola, es un indicativo de que se puede sobrevivir sin tecnología, sin petróleo, vanidad, ni monedas de intercambio.
Esta tribu prehistórica ha sobrevivido a todos los avances y etapas del pensamiento humano, sólo afectada por las fuerzas de la naturaleza como lo sucedido con el tsunami del 2004. Existe un territorio inhóspito, virgen donde viven personas que han sabido subsistir durante cientos de años en armonía con su entorno, respetándolo y cuidándolo.
El freno que han impuesto los Sentineleses por un lado, y la naturaleza por el otro lado, es una advertencia de que no todo pertenece al hombre moderno, ambicioso y soberbio, supuesto dueño del espacio exterior, del cielo, el mar y la tierra. Si la isla tuviera accesibilidad de alguna manera, esta fascinante tribu y su entorno ya no existirían. Serían reducidos a una pequeña área, deslindada de su hábitat y en su lugar, tal vez un Spa o unos Búngalos de 4 estrellas, con un puerto artificial.
Este es el verdadero terror, no la fuerte defensa de un pueblo que conoce a su verdadero enemigo. No navegue cerca de la Isla Sentinel del Norte pues una flecha puede ser el suvenir de su viaje.
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