Desde que allá por el año 1986 viera a James Spader por primera vez en la comedia juvenil “La chica de Rosa” han pasado unos cuantos años. Después su carrera cinematográfica siempre ha sido muy irregular aunque con títulos tan notables como “Crash”, “Secretary” o “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”. Lo veremos en la próxima de “Los Vengadores: La edad de Ultron” en el 2015.
Desde que allá por el año 1986 viera a James Spader por primera vez en la comedia juvenil “La chica de Rosa” han pasado unos cuantos años. Después su carrera cinematográfica siempre ha sido muy irregular aunque con títulos tan notables como “Crash”, “Secretary” o “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”. Lo veremos en la próxima de “Los Vengadores: La edad de Ultron” en el 2015.
Y si he comenzado el post con James Spader es porque creo que es el alma máter de la serie. Interpreta a Raymond Reddington, un criminal perseguido por el FBI que de repente se entrega, con la única condición de hablar únicamente con la agente del FBI Elizabeth Keen (Megan Boone). Pretende colaborar con ellos para capturar a los terroristas y criminales más buscados del mundo porque dice tener “una lista negra” que ha ido elaborando en los últimos 20 años. Su personaje controlador, dramático y misterioso se torna paternalista y sensible cuando se trata de proteger a su agente predilecta. Y es que Reddington pertenece a esa clase de gente que controla y maneja temas que sólo unos pocos pueden conseguir: Organiza, compra, vende, secuestra, consigue bonos, facilita viajes, pero sobre todo, maneja esa información tan valiosa por el que muchos gobiernos y personajes con influencias matarían y temerían.
Su relación con Elizabeth Keen será beneficiosa para la agente del FBI, pues casi siempre se adelanta a los acontecimientos y consigue evitar muchos problemas y muertes de inocentes. Ésta no sabe por qué la ha elegido para canalizar la información y a medida que vayan pasando los capítulos se irán desvelando algunos detalles, dosificados pertinentemente y jugando con una habilidad misteriosa esa gran baza de la serie.
Encontraremos tres tramas en “The Blacklist”:
- La primera es la que he comentado, ¿qué relaciona a Reddington con Elizabeth Keen? ¿Por qué la protege?
- La segunda está relacionada con el novio de Elizabeth, Tom, (Ryan Eggold) un profesor que aparenta ser el yerno perfecto pero que se le une a la palabra “Berlín” y todo lo que conlleva en cuanto a misterios. Conforme vaya avanzando la serie iremos descubriendo aspectos y habilidades de Tom que nos dejarán sorprendidos.
- La tercera rodea a todo lo que concierne a la “lista” de Raymond Reddington. Sus secretos le mantienen con vida. Muchos poderosos están detrás de esa lista y lo que podría revelar.
A estas tres tramas hay que añadir el equipo del FBI donde el compañero de Elizabeth, Donald (Diego Klattenhoff) intenta cuidarla y va viendo con preocupación la dinámica de problemas en las que se va metiendo su colega.
The Blacklist ofrece un entretenimiento liderado por James Spader (y su característico sombrero), el cual siempre cuenta la información que necesitan sus “nuevos compañeros” del FBI pero que se guarda para sí los secretos de su información más valiosa. Y este hecho lo refleja cada vez que habla y cuando lo miremos a los ojos estaremos pensando por donde va a salir la próxima vez y cómo volverá a dejarnos con la boca abierta.
Esto es un drama, es acción, es sofisticación a través del FBI y de los enemigos que están a su altura en cuanto a medios y tecnología, es un misterio (el de la relación de Elisabeth y Reddington) que nos irá aportando sensaciones encontradas y ante todo es un juego de rompecabezas con innumerable giros y sorpresas que probablemente nos acabe gustando para pasar un buen rato.
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