El tiempo, nuestros recuerdos, la memoria del pasado, la historia, en fin, casi todo, sería solamente una ilusión, algo inexistente, algo que jamás ocurrió.
Parece un tema de ciencia ficción o de fantasía pero, ¿has pensado en la posibilidad de que este Universo que habitamos solo existiese desde el jueves pasado y que todo lo que recordamos realmente nunca sucedió?
Sí, cuesta imaginar que todo lo que vemos y tocamos, toda la historia, el Universo... todo lo material nació el jueves pasado, así como si nada, con el aspecto bajo el cual lo conocemos. El tiempo, en ese caso, sería solo una ilusión. También nuestros recuerdos, la memoria del pasado, la historia, en fin, casi todo, sería solamente una ilusión, algo inexistente, algo que jamás ocurrió.
Parece una tontería o un pensamiento medio loco, pero no es así. A pesar de que parezca inverosímil existe una religión —y corriente filosófica— que plantea esta idea. Se trata del llamado Last Thursdayism —que se podría traducir como “Pasado Juevesismo”, aunque, ya lo sé, suena horrible en español.
La teoría del Last Thursdayism tiene un alto componente satírico, pues intenta, en parte, ridiculizar las ideas creacionistas que son aquellas que proponen que tanto la vida como todo el Universo se originaron en “actos concretos” por mediación divina. El Last Thursdayism ataca, de manera directa, a los llamados creacionistas de la Tierra Joven, quienes interpretan literalmente el Génesis bíblico y rechazan la teoría de la evolución.
Entre estos creacionistas de la Tierra Joven se cuentan celebridades como Chuck Norris o Kirk Cameron. Ellos representan una posición extrema negada de plano a cualquier pensamiento evolucionista sobre las especies. Ninguna prueba ni registro fósil logra convencerlos de que la vida en la Tierra es mucho más antigua de lo que ellos creen como afirman los científicos. Para los creacionistas, el mundo, tal y como lo conocemos surgió en un chasquido de dedos, por obra divina, en siete días, hace aproximadamente seis milenos (esto también de acuerdo al creacionismo clásico). La ciencia por su parte dice que la vida en el planeta es muy —pero muy— anterior.
El punto que intenta demostrar el Last Thursdayism es el siguente: si la Tierra se creó en una semana, hace 6.000 años, con la apariencia de un mundo de billones de años, ¿qué nos impide aseverar que no se creó el jueves pasado? En lógica se trata de un intento de demostración por “reducción al absurdo”.
Alguien podría opinar que es imposible que el universo fuese creado el jueves pasado porque, vamos, todos recordamos hechos anteriores a ese día. Sin embargo, la hipótesis del Last Thurdayism resulta infalsificable, ya que como ellos plantean bien pudo Dios poner en nuestras mentes recuerdos de sucesos que no existieron (pues, antes del jueves, supongamos, no existía nada).
Y ahora meditemos profundamente en esto: ¿Porqué realmente el ser humano cree que lo que recuerda en verdad sucedió?, que tal que jamás pasó y todo está en nuestro cerebro solamente y lo que vemos y creemos que en verdad sucedió, es solo producto de la imaginación del cerebro, ordenado de cierta manera como una locura colectiva para que las familias y parientes cercanos que se relacionaron alguna vez entre sí, recuerden cosas similares porque ya se "contagiaron" entre ellos. Suena loco, pero ¿podemos decir que no y descartar?
Sin embargo, los creacionistas aseguran como cierta la hipótesis Omphalos, nacida a mediados del siglo XIX, que asegura que Dios creó al mundo como dice la Biblia pero que las cosas presentan rasgos derivados de una historia anterior, más antigua, como fruto del diseño sobrenatural de la divinidad. Por ejemplo, Dios creó al primer hombre, Adán, con ombligo, como si hubiese nacido naturalmente y a los árboles les “diseñó” anillos de crecimiento.
El conflicto entre creacionistas y adeptos del Last Thursdayism no es una cuestión sin importancia. En los Estados Unidos, sectores protestantes encabezan una lucha de décadas para que en las escuelas no se enseñe la teoría de la evolución.
Incluso, para ponerse a tono con los nuevos tiempos, el creacionismo ha dado paso a algo que se hace llamar “diseño inteligente”, un planteo que defiende la idea de que el mundo, el Universo y la vida fueron “diseñados” por un creador inteligente, léase Dios. La intención es dar una dirección científica a la idea de creación por parte de Dios.
La verdad está oculta.
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