Hay una vieja regla nunca escrita del cine que indica que para filmar una buena película de terror no es necesario un gran reparto y si una buena dosis de sangre. Sin embargo, esto no se cumple con 1408. Con dos actores de la talla de John Cusack y Samuel L. Jackson, me animo a decir que éste es uno de los films más interesante del género en la última década.
Sin embargo, esto no se cumple con 1408. Con dos actores de la talla de John Cusack y Samuel L. Jackson, me animo a decir que éste es uno de los films más interesante del género en la última década (películas de terror).
Confieso que antes de verla no era una cinta que me despertase grandes expectativas. Aún tenía la imagen de Cusack en sus comienzos, cuando transitaba entre la comedia y el cine de acción sin terminar de consolidarse. Sobre Samuel L. Jackson tenía mejores referencias, pero claro, lo que realmente me terminó de decidir es quien escribió el cuento en el que se basa la película de terror. Estamos hablando de Stephen King, un maestro en eso de lo que de terror y el suspenso se trata, responsable de otras grandes cintas tales como El Resplandor, Misery o IT.
Lo cierto es que 1408 no tiene un gran despliegue. Al igual que otras grandes películas de terror, no abusa de los escenarios (la mayor parte del film se desarrolla en el cuarto de hotel) sino que con poco, logra cosas maravillosas.
Gran mérito de ello es del director Mikael Håfström, que ha sabido plasmar una atmósfera digna de todas las historias de King.
El comienzo del film nos introduce en la vida de Mike Enslin, un escritor norteamericano que se gana la vida desenmascarando leyendas urbanas, sucesos paranormales y lugares malditos.
Con un relativo éxito, Enslin suele recibir invitaciones de todo el mundo para ir a conocer sus misterios. El personaje, en el entorno de los 35 años, ha tenido una vida personal complicada. Separado de su mujer y con poco tiempo para ver a su hija, se ha refugiado en el trabajo y en la popularidad y libertades que el mismo le otorga.
Cuando una postal le invita a conocer la habitación 1408 del hotel Dolphin de Nueva York, el escritor siente un especial interés. Además de que los números suman 13 (algo que nosotros amantes del género nos damos cuenta de inmediato), investiga sobre la fama del “cuarto maldito” en el que muchas personas han fallecido tras hospedarse en el mismo.
Es así que reserva telefónicamente la habitación pese a la negativa del hotel (se vale de un artilugio legal para hacerlo) y decide viajar a Nueva York.
Cuando arriba al lugar es recibido por el administrador Gerald Olin (interpretado por Samuel L. Jackson), quien le solicita que no se hospede en el cuarto. Jackson realiza de gran manera su papel intentando exponerle sus motivos al escritor, pero siempre dando a entender de que oculta información.
Pese a que el administrador le advierte que no durará más de una hora dentro, Enslin desoye dichas palabras y llega a la habitación. Enciende la grabadora y se prepara para vivir una noche que sin dudas cambiará su forma de ver la vida si es que logra conservarla...
Lo que sucede en la restante hora de película realmente vale la pena. Terror psicológico, sobresaltos, la desesperación que se traslada del protagonista a nosotros y un final atrapante.
En resumidas cuentas, todo lo que estamos buscando cuando miramos una cinta de este tipo. Pero si queremos aún más, y si es que el final nos ha dejado pensando (es de esos que sueles comentárselo a un amigo para ver si los dos entendieron lo mismo), tenemos la posibilidad de entrar a Youtube (o ver el DVD original) y contemplar el final alternativo y de paso evaluar con cual de los dos quedarnos.
1408 es una película de terror ineludible para los amantes del cine de horror y suspenso. Quizás no tenga reguero de sangre o muertes ingeniosas, pero créanme que es de esas películas de terror difíciles de olvidar por un largo tiempo.
Sergio Palay
Twitter: @sergiopalayhttp://www.misteriosarealidad.com/
Imagen gracias a http://www.imdb.com
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