Las bellas colinas altiplanas andinas de Bolivia, tienen entre ellas las pruebas de la hermosura de la cultura Tiwanaku. En el Departamento de La Paz, tienen el famoso Lago Titicaca a unos cuantos kilómetros, por lo que la ganadería y cultivo fueron de sus más fuertes fuentes de sostenibilidad. Su origen pre-incaico les da créditos sobre el desarrollo de esta costumbre agrícola en la zona, y ya tenían avances comerciales y artísticos. Trabajaban metales y piedras, pero entre sus mejores y más significativos legados, están las singulares estelas y estructuras que son ahora apreciados con sus miles de años de antigüedad.
 |
Puerta de la Luna |
Las bellas
colinas altiplanas andinas de
Bolivia, tienen entre ellas las pruebas de la hermosura de la
cultura Tiwanaku. En el Departamento de La Paz, tienen el famoso
Lago Titicaca a unos cuantos kilómetros, por lo que la
ganadería y cultivo fueron de sus más fuertes fuentes de sostenibilidad. Su
origen pre-incaico les da créditos sobre el desarrollo de esta costumbre agrícola en la zona, y ya tenían avances comerciales y artísticos. Trabajaban metales y piedras, pero entre sus mejores y más significativos legados, están las
singulares estelas y estructuras que son ahora apreciados con sus miles de años de antigüedad.
Cerca de
1580 a. C., estos pobladores bolivianos desarrollaron el
cultivo y la técnica de
deshidratación de la papa, por lo que fueron pioneros de su almacenamiento. Sus inicios comerciales inician con el
cobre,
basalto y
obsidiana. Artistas, ingenieros, arquitectos y toda una organización que dejó entre estas tierras, un
legado de pirámides y
figuras como estelas y tallas. Sus construcciones arquitectónicas son definitivamente, herencia cultural regional, y es uno de los
sitios arqueológicos más significativos del sur de nuestro rico continente.
 |
Puerta del Sol |
La
cultura Tiahuanaco tiene su origen entre los años
2.000 y 1.500 a.C. y se considera su
finalización más o menos en el año
1.000 d.C. y según sus fechas, los estudiosos ubican esta cultura como una de las
más antiguas de América, y se dice pudo haber sido origen de otras civilizaciones y culturas del sur y los Andes. Eran
de fuertes creencias religiosas, y sus influencias se extendieron por las otras culturas contemporáneas a ella, además de una fuerte dedicación a la
alfarería,
textilería y sobre todo a la
arquitectura, la cual se puede apreciar con su
diseño y líneas muy peculiares. Desde estelas con líneas rectas y precisas, hasta
rostros y muchas otras figuras dignas de artistas especiales.
Tiwanaku fue la capital de La Meseta del Altiplano, y con casi 27 siglos y medio de duración, fueron los primeros en utilizar el bronce entre sus construcciones, herramientas y armas, lo cual les daba una ventaja tecnológica en su época por sobre las otras culturas. Más de 360.000 habitantes que conformaban esta región, extendieron sus territorios hasta 600.000 km2 y su altura privilegiada de 3.885 metros sobre el nivel del mar, les favorecía en todos los aspectos: militares, agrícolas y más.
 |
Monolito Fraile |
Sus
construcciones son de
líneas delicadas y casi perfectamente creadas y diseñadas: con
vías subterráneas de canalización de aguas y templos con muros e inclinaciones intencionales muy bien ejecutadas, además de orientaciones que la arqueo astronomía calificaría como
claros ejemplares de alineaciones de templos con astros y sus sentidos astronómicos-religiosos. Toda una precisa organización en la que el desarrollo urbanístico estuvo en manos de
arquitectos,
ingenieros,
metalúrgicos,
escultores y
sabios religiosos, formando una sociedad ordenada y orquestada funcional, empujándose hacia un claro desarrollo, mucho más avanzado comunitariamente hablando.
Su vida se clasificó en tres etapas claras: I y II conocida como Aldeano; III y IV conocida como Urbano; y V conocida como Expansivo, en las cuales los arqueólogos y estudiosos no han podido unificar, pero si se pueden apreciar sus características muy bien definidas que diferencian perfectamente cada una de estas tres etapas, y dada su antigüedad, también no es posible ser más preciso en el cálculo de los años.
Entre sus vestigios podemos encontrar el Templo Semisubterraneo, Kantatayita o Luz del Amanecer, la Pirámide de Akapana, Kalasasaya, Putuni, Pumapunku y Pokotia; además de los monumentos como la Puerta del sol y la Puerta de la Luna; o el monolito Ponce y monolito Fraile, además del monolito Bennett.
Rocas y tierras caminadas, modeladas y talladas por hombres y mujeres que día a día se esforzaban por desarrollar esta bella cultura, recorrida y crecida para que después de miles de años, sean de nuevo exploradas por todos nosotros, y recibir de estos sabios, la herencia y sabiduría Tiwanku. ¡Hasta la siguiente entrega amigos!
Kennet Falcón
http://www.misteriosarealidad.com
No olvide descargar Misteriosa Realidad desde Apple Store para iPhone, iPod y iPad
Nunca mejor dicho el antiguo imperio megalítico en los Andes!
ResponderEliminarMe has echo recordar cuando estudiaba que nos hablaban sobre las técnicas de la papa deshidratada y por supuesto todo lo demás!.
Felicidades Alex.
Un saludo en la distancia
Alex como despiertan mi imaginación tus artículos. Tantos años han pasado y esas construcciones mágicas siguen ahí, enseñándonos sólo un poquito del enorme pasado que esconden. Estoy plenamente convencida de que fueron sitios especiales y lo siguen siendo. me encantaría visitarlos y espero hacerlo algún día. Saludos
ResponderEliminarNada mejor explicado, saludos Alex para tí y tu equipo, me encantan estos temas!
ResponderEliminarPues desconocía esa cultura, no las estudié en el cole... creo que nos perdemos muchas cosas curiosas, ViVa Internet, jeje
ResponderEliminar