Una vez más llega la Navidad (2013), hay niños felices jugando en las calles, haciendo angelitos de nieve, escribiendo cartas a Papá Noel para que les traiga juguetes, dulces, bicicletas, patinetas, etc. Las luces decoran las casas, en los pórticos por las noches se puede escuchar a los vecinos que van y comparten alegres villancicos. Los niños se han portado bien, para que Santa les traiga lo que han pedido.
Una vez más llega la Navidad (2013), hay niños felices jugando en las calles, haciendo angelitos de nieve, escribiendo cartas a Papá Noel para que les traiga juguetes, dulces, bicicletas, patinetas, etc. Las luces decoran las casas, en los pórticos por las noches se puede escuchar a los vecinos que van y comparten alegres villancicos. Los niños se han portado bien, para que Santa les traiga lo que han pedido.
En el aire hay olor a galletas y chocolate caliente, las chimeneas están encendidas, las medias están puestas sobre ella, la gente está feliz, como siempre que se acerca la Navidad. Desde hace dos días Paul se ha portado bien, esperando que Papá Noel le traiga todos los juguetes que pidió, sabe que hasta la noche del 24 de Diciembre no puede hacer ninguna de las travesuras a las que está acostumbrado.
No ha molestado a su anciana vecina, poniendo tierra sobre sus pasteles, no ha maltratado al gato de su hermana que ya no tiene pelo en la cola por las barbaridades que le ha hecho, no se ha portado mal con su madre, ni ha gritado a su padre, quién lo conoce, no lo reconoce. Aquel pequeño diablillo está hecho todo un angelito, hasta se prestó para hacer de pastorcito en la obra del colegio.
Paul ha decidido ser bueno, pero lo que este niño no sabe es que Papá Noel lo ha estado viendo durante todo el año y que no recibirá ningún juguete sino carbón como los años anteriores como castigo a su mala educación.
Llegó la Navidad, las familias se reúnen en torno a la mesa a comer los deliciosos manjares navideños: pavos, lechones, confites y champagne son las delicias puestas para disfrutar. La noche va cayendo y con ella los niños poco a poco se van retirando a sus habitaciones después de dejar galletas recién horneadas y leche para que Papá Noel pueda saborear antes de continuar su camino a otra casa.
Pero Paul ha decidido esconderse tras el sofá para esperar al gordo personaje vestido de rojo, y reclamarle si es necesario, por dejarle un año más carbón. Escucha a lo lejos los cascabeles de los renos, y siente una ligera brisa el momento que Santa entra por la chimenea, mira desde su escondite como va poniendo los regalos en las medias de la madre, el padre y su hermana, y ve con furia como va a poner carbón en su pequeña media. Paul salta desde su escondite para interceptar a Papá Noel. Al alegre personaje se le transforma la cara y se convierte en un ser horrible que mete a Paul en el saco lleno de carbón.
Después de terminar el recorrido, llegan hasta el Polo Norte y ahí Santa convierte al travieso niño en un horrible duende que desde ahora, hasta la eternidad, tendrá que fabricar juguetes que serán entregados a niños que se han portado bien.
Así que pequeños retoños, a portarse bien y jamás, jamás espiar a Santa, porque si Papá Noel llega a la ciudad y se han portado mal les dará una piedrita de carbón y si tienen la osadía de husmear como Paul, su destino no será agradable.
Desde Misteriosa Realidad: ¡Feliz Navidad 2013!.
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