En todos los países del mundo existen lugares cuyas leyendas nos hablan de fantasmas y apariciones, de relatos misteriosos o simplemente fenómenos inexplicables para el sentido común; sin embargo, Inglaterra nos reserva algunos verdaderamente espectaculares. Este es el caso de Puckley: un pueblo donde el encantamiento se hace realidad.
En todos los países del mundo existen lugares cuyas leyendas nos hablan de fantasmas y apariciones, de relatos misteriosos o simplemente fenómenos inexplicables para el sentido común; sin embargo, Inglaterra nos reserva algunos verdaderamente espectaculares. Este es el caso de Puckley: un pueblo donde el encantamiento se hace realidad.
Si somos valientes y nos decidimos a visitarlo, el viaje será muy sencillo, basta llegar a Londres (Inglaterra) y aproximadamente a 70 km al sudeste nos toparemos con este pueblo, que se encuentra en el Distrito de Ashford, en el condado de Kent.
Puckley es una villa inglesa típica, con sus casitas de ladrillos y tejas rojas, su iglesia y un cementerio, que no se distingue de las restantes del país salvo porque sus vecinos cuentan que ha habido más de una docena de fantasmas en la historia del pueblo.
Durante el día se respira un ambiente tranquilo, lo cual puede llamarnos a engaño. Mas en la noche, entre la bruma y el frío, los convecinos relatan las excursiones nada esporádicas de distintas figuras legendarias.
Según narran los lugareños, personajes salidos de un mundo de encantamiento parecen cobrar vida para sumarse a la realidad: gitanas quemadas, jinetes con caballos, profesores ahorcados, monjes, damas fascinantes se unen todos en un coro espectral que le erizaría el pelo al menos creyente de los mortales.
Pero de todos los sitios de Puckley que visitaremos, la iglesia de San Nicolás es sin dudas el más interesante y, a la vez, aterrador. De arquitectura gótica, el edificio se alza en forma de cruz y posee en su parte trasera un antiguo cementerio donde abundan las lápidas abandonadas.
Según la leyenda, allí en el siglo XII fue enterrada una dama de apellido Derring, quien muriera en circunstancias muy raras. Se le puso un vestido elegante y una rosa roja entre las manos, para luego colocarla en 7 ataúdes de plomo dentro de un féretro de roble, tal vez impidiendo que volviera a salir.
Sin embargo, al parecer todo fue en vano: el cura y el enterrador pudieron ver más tarde el espectro delicado de una dama con una rosa en sus manos que se paseaba sutilmente entre las tumbas del cementerio.
Cuánta realidad se esconda detrás de todo esto acaso nunca lo sabremos. Quizás solo en el mundo de la imaginación o en el de la parapsicología puedan explicarse los extraños fenómenos de que Puckley ha sido testigo. Lo cierto es que vale la pena darse un salto a este lugar pintoresco y vivir un poco de historia y de leyenda en un pueblo tan terroríficamente encantador.
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Es que Inglaterra tiene muchos fantasmas (lo digo sin segundas).
ResponderEliminarJaja, Enrique, seguro..?? Bueno, a mi Inglaterra me encanta por ese aire de raíces inacabables y bien ocultas, leyendas mezcladas con los comentarios de la gente de mentes exaltadas a saber por qué acontecimientos..Nunca se sabrá de ahí el morbo..
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