Esos días los recuerdo muy bien, son como los de hoy igual de grises y sin sentido, mi amiga y yo veíamos el mundo de la misma forma, ¿por qué la gente ve sus días con más color?. Eso es lo que jamás podré comprender. Escuchamos de un hombre en Internet que era muy famoso por su físico y por la forma en que trataba a los niños, para comprobarlo decidimos buscar datos sobre él y contactarlo. Al principio no tuvimos éxito, pero después de tanto indagar encontramos una página anónima con su nombre escrito y comenzamos a platicar con él por un chat.
Esos días los recuerdo muy bien, son como los de hoy igual de grises y sin sentido, mi amiga y yo veíamos el mundo de la misma forma, ¿por qué la gente ve sus días con más color?. Eso es lo que jamás podré comprender. Escuchamos de un hombre en Internet que era muy famoso por su físico y por la forma en que trataba a los niños, para comprobarlo decidimos buscar datos sobre él y contactarlo. Al principio no tuvimos éxito, pero después de tanto indagar encontramos una página anónima con su nombre escrito y comenzamos a platicar con él por un chat.
Como una prueba le preguntamos en dónde vivía para poder ir a visitarlo y que nos contara todas sus aventuras, él nos respondió que no solamente podríamos ir a visitarlo si no que hasta podríamos irnos a vivir con él; nos contó que tenía una casa cerca del bosque y que solamente niñas como nosotras podríamos disfrutarla. Ante esto mi amiga y yo nos emocionamos y le contestamos que nos encantaría irnos a vivir con él, pero que primero queríamos saber si existía, él nos contestó que con mucho gusto se presentaría ante nosotras esa misma tarde con un ritual que fue sencillo hacer.
La verdad no nos asustamos de hacer dicho ritual, solo un hombre de su naturaleza podría ser llamado de esa forma, lo que nos desconcertó al principio fue ver su rostro que nos creíamos que fuese tal y como contaban las personas. Era como si al mirarnos, nos hechizó.
Nos dijo que para poder entrar a su casa debíamos llevar la sangre de un niño en las manos, pues él necesitaba saber nuestra lealtad y para poder pintar un rostro. Nosotros pensamos mucho en hacerlo o no, luego él nos dijo que si lo hacíamos podríamos estar en su casa por toda la eternidad con todo lo que deseáramos. Creo que eso fue lo tentador porque aceptamos y comenzamos a idear el plan y el día perfecto para ejecutarlo.
Al llegar el momento, invitamos a una niña que realmente odiamos a pasar una noche en mi casa, ese iba a hacer el momento ideal para asesinarla y llevar su sangre a Slender man (así es como se hacía llamar el misterioso hombre) y con ella pintarle una cara para que nos hablase de verdad. Platicamos de cosas tontas toda la noche, pero ese momento ideal para ejecutarla no llegó. Al día siguiente la llevamos a un restaurante, fuimos al baño las tres juntas y ahí decidimos hacerlo. Lo único que disfruté fue la primera navajada y escuchar su primer grito, después de un momento a otro ya estaba en el suelo casi muerta. Nosotros salimos del restaurant a buscar nuestra recompensa.
Caminamos por el bosque, pero su casa nunca apareció, de un momento a otro lo vimos entre los árboles y nos dijo:
—No pasaron la prueba, entonces no vivirán en mi mansión.—
Nosotras nos miramos a los ojos desconcertadas, cuando volvimos la mirada hacia él, ya no estaba.
Al poco tiempo nos enteramos que nuestra víctima había sobrevivido. Yo aún tengo un plan, guardado en mi celda por si algún día vuelve aquél extraño hombre y poder pintarle una cara de verdad.
Dalia Rodríguez
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