En 1976 se sugirió que las experiencias cercanas a la muerte eran una forma de despersonalización, de disociación, que actúa como defensa ante la amenaza de muerte en situaciones de extremo peligro.
Según algunos investigadores, cerca del diez por ciento de las personas han vivido —una o más de una vez—una experiencia extracorpórea, desdoblamiento o viaje astral.
Tal situación suele presentarse de manera espontánea o como fruto de fuertes tensiones físicas o mentales. También se han puesto a prueba métodos diversos para inducir ese estado de desdoblamiento, en el que sentimos que flotamos, fuera de nuestro propio cuerpo.
Algunas teorías ocultistas señalan que los viajes astrales son un paso más allá en la preparación de un grupo de personas que guiarán a la humanidad hacia un estadio donde no impere el temor a la muerte, donde se vinculen más estrechamente los planos físico y astral.
Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son aquellas experiencias y testimonios de personas que han estado a un paso de morir o que, incluso, han sufrido una “muerte clínica” —se detiene el corazón y la respiración cesa aunque no se produce daño en las células del cerebro—. Aproximadamente una quinta parte de las personas que logran superar la muerte clínica han tenido una ECM.
En casi todos los casos, los pacientes describen hechos semejantes, como un patrón: al estar “muertos” sienten que flotan y hasta pueden verse a sí mismos, en lo que se denomina experiencia extracorporal.
También coinciden en afirmar que se introducen en un túnel oscuro y largo, y se acercan a una figura o final luminoso. En ese tránsito hacia la luz, no se percibe dolor, sino tranquilidad y paz.
Las apariciones de personas de la familia son frecuentes, así como figuras o presencias asociadas a las creencias religiosas de quien experimienta la ECM.
El final de la ECM significa un retorno a la vida, un regreso al cuerpo físico que se percibe con una sensación de pesadumbre. El “viaje” no terminado suele preparar a los pacientes para la muerte, la que se vislumbra como un tránsito feliz a un destino más elevado.
Muchos señalan que las ECM prueban la existencia de un alma o espíritu, una parte inmaterial que nos permite llegar a un “más allá” del mundo físico. Es curioso, pero incluso personas ciegas de nacimiento han descrito con lujo de detalle y muy gráficamente sus experiencias al borde de la muerte. También han experimentado y descrito sus ECM algunos reputados científicos y doctores.
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Las personas son reticentes a relatar las experiencias por temor al ridiculo. Tendria que existir una disciplina academica que estudie estos casos y los investigue con seriedad ademas de brindar apoyo psicologico a los afectados.
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