Pocas fiestas tienen tanta aceptación en el mundo como la Navidad. No importa el lugar del planeta, siempre habrá alguien levantando su copa en la noche del 24 de diciembre y siempre encontraremos un árbol de navidad prendido.
Pocas fiestas tienen tanta aceptación en el mundo como la Navidad. No importa el lugar del planeta, siempre habrá alguien levantando su copa en la noche del 24 de diciembre y siempre encontraremos un árbol de navidad prendido.
A propósito del árbol de Navidad, resulta por demás interesante averiguar desde donde llega esta tradición. Se dice que su origen es europeo.
Cuenta la leyenda que una gélida noche de invierno, un pequeño niño golpeó la puerta de una choza en busca de refugio. En la humilde morada vivía un leñador con su esposa los cuales le dieron de comer al niño y le ofrecieron que se quedase a dormir.
El pequeño aceptó la propuesta y durante la noche se convirtió en un ángel con ropa de oro. Era el niño Dios el cual para recompensar la generosidad de los anfitriones tomó una rama de pino y les dijo que la plantaran ya que todos los años daría frutos.
La pareja le hizo caso y el árbol una vez por año siempre dio manzanas de oro y nueces de plata.
Mientras tanto una variante de la historia habla de que en territorios germanos los habitantes solían decorar los árboles con luces y adornos cuando estos perdían las hojas en invierno. Por lo general se utilizaban manzanas y piedras pintadas, siendo esto el origen de los adornos navideños.
Y si de tradiciones se habla es interesante recordar de donde viene la tradición de los regalos. Muchos creen que la tradición surge por los regalos que le llevaron los Reyes Magos a Jesús, sin embargo, la tradición viene de mucho más atrás. La gente ha intercambiado regalos los días 25 y 26 de diciembre varios siglos antes del nacimiento de Cristo debido a las celebraciones del solsticio.
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