No todos los días tiene uno la suerte de viajar a un lugar de ensueño para la imaginación. Pero si te has decidido a hacerlo, te recomiendo fervientemente que te llegues a la región francesa de Bretaña y allí encontrarás el Bosque de Huelgoat, ubicado en la localidad del mismo nombre, donde podrás disfrutar de un ambiente verdaderamente mágico.
No todos los días tiene uno la suerte de viajar a un lugar de ensueño para la imaginación. Pero si te has decidido a hacerlo, te recomiendo fervientemente que te llegues a la región francesa de Bretaña y allí encontrarás el Bosque de Huelgoat, ubicado en la localidad del mismo nombre, donde podrás disfrutar de un ambiente verdaderamente mágico.
Huelgoat tiene más de mil hectáreas de extensión y es el descendiente directo de un bosque muy antiguo que existía en la zona, llamado Broceliande. Por eso, sus habitantes más frecuentes son los grandes robles, las hayas y los abetos. Una vez nos adentramos en la espesura, no podemos estar totalmente seguros si hay duendes o no espiándonos tras los árboles.
En la medida en que se avanza, este hermoso bosque nos sorprende más y más. El viento comienza a soplar, evocando el susurro de hadas y seres encantados. Y, cual si no bastara, dispuestas aleatoriamente por doquier vemos aparecer una serie de rocas enormes con formas caprichosas que remedan los mundos fantásticos.
Reza la leyenda que fueron arrojadas por Pantagruel en épocas muy lejanas. Se dice que el gigante llevaba un hambre atroz y al pasar por el poblado pidió algo de comida. Los lugareños, gente de pocos recursos, solo pudieron ofrecerle escasos alimentos, lo que terminó por encender la cólera del famoso personaje. No es buena idea hacer enfadar a un gigante, y este al parecer se tomó demasiado a pecho el asunto, de suerte que agarró unos cuantos peñascos y comenzó a lanzarlos a diestra y siniestra.
La verdadera explicación de este fenómeno radica en una erupción volcánica acaecida en el interior de la tierra que forma esta zona. El magma subió a la superficie, haciendo que aparecieran todas estas interesantes formaciones que hoy nos hacen soñar e inventar historias.
Aun así, el Bosque de Huelgoat se alza hermoso y vital, recordándonos los tiempos de la magia y el encantamiento e invitándonos a recorrer sus senderos, los verdaderos caminos a la imaginación.
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