La semana pasada la localidad de Carmelo, en Uruguay, se vio conmocionada por el anuncio de que hace unos 8 años dos personas habían sido enterradas vivas. La denuncia fue realizada por los empleados del cementerio los cuales expresaron que al momento de exhumar los cuerpos notaron que ambos ataúdes estaban en distintas posiciones, movidos y peor aún, que los propios cuerpos se encontraban en posiciones muy diferentes a las que fueron enterrados.
La semana pasada la localidad de Carmelo, en Uruguay, se vio conmocionada por el anuncio de que hace unos 8 años dos personas habían sido enterradas vivas. La denuncia fue realizada por los empleados del cementerio los cuales expresaron que al momento de exhumar los cuerpos notaron que ambos ataúdes estaban en distintas posiciones, movidos y peor aún, que los propios cuerpos se encontraban en posiciones muy diferentes a las que fueron enterrados.
Si bien científicamente se sabe que tras el rigor mortis, los músculos pueden descontracturarse permitiendo así leves movimientos, este no sería el caso.
Como las lápidas estaban totalmente selladas, la posibilidad de que el cuerpo fuese movido por un tercero es remota.
Esto hace pensar en la hipótesis de que las personas fuesen enterradas vivas. Ante lo cual hay dos posibilidades, o se hizo a propósito (un claro caso de homicidio) o estamos en presencia de dos nuevos casos de Catalepsia.
Para los que esta palabra les es extraña vale decir que la Catalepsia se produce cuando una persona yace inmóvil, sin aparentes signos vitales puesto que la respiración, el pulso y los latidos cardíacos son tan débiles que llevan a la confusión. Si a eso le sumamos que la piel toma un color pálido, el error es posible.
La persona se queda totalmente inmóvil, a veces con leves signos de consciencia o a veces sintiendo todo lo que sucede a su alrededor pero sin la capacidad de expresarse de ninguna manera.
Las causas de este raro fenómeno en ocasiones están relacionadas con algunas enfermedades como la epilepsia, la esquizofrenia, el Parkinson o también por el abuso de drogas.
Lo que hace aún más aterrador este fenómeno es que el "sueño" puede durar hasta 3 días, por lo que perfectamente una persona puede ser enterrada viva y despertarse dentro del ataud ya sin posibilidades de nada.
Las historias de los ataúdes arañados en los cementerios tienen su sustento en esta enfermedad.
Hoy por hoy en casos dudosos se somete a los "muertos" a un electroencefalograma para determinar de forma contundente si está con vida o no. Pero es escaso el porcentaje de casos en los que se recurre a ello.
Anteriormente, en algunos países como en Hungría, se estilaba clavar un aguja en la planta del pie del muerto y de acuerdo al color de la sangre se comprobaba si de verdad había partido.
Hoy por hoy existen ataúdes especiales con sensores o campanas para avisar que la persona "despertó". Mito o realidad no debe haber nada más angustiante que despertar en una tumba y saber que se morirá asfixiado...
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Por Dios!!!...efectivamente lo terrorífico del tema no es desperterse dentro de la tumba, lo peor de lo peor es efectivamente darte cuenta que te vas "a morir" otra vez (y esta vez, sin vuelta atrás)...ufff!!!
ResponderEliminarPor todo esto es por lo que muchas personas piden ser incineradas...
Saludos desde El Terrao
Esto es lo que asusteba tanto a Edgar A. Poe, no? Solo con leerlo da angustia.
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