El pasado 14 de febrero se celebró el Día de San Valentín. Una fecha que por lo general no deja a nadie indiferente. Están los dulces y tiernos que suelen escribirse cartas y hacer regalos, están los comerciantes que lucran con ese derroche de sentimiento y están aquellos que sencillamente aborrecen este tipo de celebraciones.
El pasado 14 de febrero se celebró el Día de San Valentín. Una fecha que por lo general no deja a nadie indiferente. Están los dulces y tiernos que suelen escribirse cartas y hacer regalos, están los comerciantes que lucran con ese derroche de sentimiento y están aquellos que sencillamente aborrecen este tipo de celebraciones.
Para estos últimos es que contamos esta historia.
Los amantes del terror y que le rechina todo lo cursi al menos podrán jactarse de que el origen de San Valentín es trágico.
En tiempos del emperador Claudio II "El Gótico", el mismo había prohibido en toda Roma cualquier manifestación de amor entre dos personas. Esto incluía obviamente las bodas (no así las orgías del emperador, como siempre sucede con los poderosos de seguro estarían exoneradas). La causa era que un hombre recién casado tenía dudas en ir a pelear y porque se consideraba que un hombre sin compromisos no tenía nada que perder y se brindaría con mayor dedicación a la guerra.
El amor estaba en pena. Pero fue allí que surge la figura de un héroe, un salvador... o al menos algo parecido. Se trataba del Padre Valentín, un Párroco que casaba a las parejas en secreto, con un rito similar al de la Iglesia.
Pero como los finales felices no siempre son recordados, el pobre Valentín fue descubierto y encarcelado.
Aquí la leyenda se divide, hay quienes dicen que fue rápidamente condenado, sometido a martirio, y como William Wallace (pero sin gritar Libertad) fue decapitado.
Pero otros hablan de una fantástica historia de amor, en la que durante los pocos días que está preso, Valentín logra enamorar a la hija de uno de sus carceleros, Julieta. La muchacha, ciega (hay quienes hablan de que allí surge la frase "el amor es ciego") gracias al amor de Valentín recupera la vista. Sin embargo, Valentín, no puede escapar a su destino, y antes de ser ejecutado, escribe una carta a su amada, fechada el 14 de febrero, día de su muerte.
Con el paso del tiempo la fecha pasó a ser tomada en el mundo entero como el Día de los Enamorados y las cartas una tradición.
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