Quienes alguna vez se aventuren a viajar por las fronteras de Escocia probablemente se tropiecen con un lugar muy especial. Se trata nada más y nada menos que del Castillo Hermitage, una edificación hoy medio en ruinas, cuyo pasado de leyendas, así como su peculiar y siniestra arquitectura invitan a recorrerlo y remontarse en el tiempo.
Quienes alguna vez se aventuren a viajar por las fronteras de Escocia probablemente se tropiecen con un lugar muy especial. Se trata nada más y nada menos que del Castillo Hermitage, una edificación hoy medio en ruinas, cuyo pasado de leyendas, así como su peculiar y siniestra arquitectura invitan a recorrerlo y remontarse en el tiempo.
Fue por el año 1240 que el castillo ―de estilo normando y que se muestra como un bloque sólido― es erigido por un tal Nicholas de Soulis, cuya familia habitó el sitio por todo un siglo sin que ocurriera incidente alguno. Pero ya en el 1320, se le confisca a su otrora dueño William de Soulis, acusado de conspirar contra la corona escocesa.
Al parecer este personaje estaba implicado en asuntos mucho más macabros que planificar la muerte de su rey. De acuerdo con la historia de los lugareños, se le consideraba un practicante de las artes oscuras, alguien que asesinaba a niños de la región para realizar actos de superchería.
Debido a ello, se tejió una interesante leyenda, según la cual el cruel señor se las había agenciado para tener a su servicio un fantasma ―el alma de algún antecesor― que resultaba ser más diabólico incluso que su amo. Su nombre es Gorra roja y, claro está, llevaba este atuendo en su cabeza, además de usar botas de hierro y tener unos dientes enormes y afilados.
Entre los pasatiempos de Gorra roja se encontraba atrapar viajeros extraviados para matarlos. Pero un buen día el lord del Castillo Hermitage se marchó para siempre del lugar, encomendándole al duende cuidar de las mazmorras. Este siguió ejerciendo sus tareas y no se sabe si actualmente aún cumpla los deberes o se haya ido de viaje por el mundo.
En cualquier caso, el castillo continuó su existencia, siendo habitado por distintos señores y reclamado por otros. Muchas intrigas palaciegas acaecieron entre sus muros, los que, oscuros y atmosféricos, son testigos mudos del sinnúmero de eventos que allí tuvieron lugar, como la breve estancia que realizara la reina María de Escocia en compañía de su tercer esposo.
Del siglo XVII al XVIII, el lugar comienza a decaer convirtiéndose en una ruina de carácter romántico. Pero gracias a Sir Walter Scott y otros escritores de renombre, a fines del XIX se reconstruye, lo cual ha permitido que llegue hasta nuestros días el Castillo Hermitage, un pasado de leyendas que no ha podido ser borrado por el tiempo.
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El lugar es espeluznante, desde luego. Merece estar habitado por un fantasma sanguinario...
ResponderEliminarEl nombre del castillo parece el de un spa de lujo..pero la apariencia es tenebrosa y seguramente guarda muy mala energía.... con esa historia! Un abrazo amigo
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