¡Pobre mujer! comentan en susurros, ¡se ha quedado sola! dice la gente que va a saludarte y a darle el pésame, ella no mira a nadie, solo recibe los abrazos como si de brisa sobre sus ropas se trataran, no se percata de lo que sucede a su alrededor, desde hace algunas horas es como que su cuerpo hubiera sido abandonado por su alma, nada tiene sentido, pero para ella ya no importa.
¡Pobre mujer! comentan en susurros, ¡se ha quedado sola! dice la gente que va a saludarte y a darle el pésame, ella no mira a nadie, solo recibe los abrazos como si de brisa sobre sus ropas se trataran, no se percata de lo que sucede a su alrededor, desde hace algunas horas es como que su cuerpo hubiera sido abandonado por su alma, nada tiene sentido, pero para ella ya no importa.
Desde que la puerta sonó y recibió la cruda noticia de que su esposo, aquel ser al que amaba más que a nada en el mundo, ha aparecido muerto, nada tiene sentido. Oye, pero no escucha, hay un zumbido dentro de su cabeza que no la deja percibir lo que sucede a su alrededor, -ya nada tiene sentido- se repite, mientras esas personas siguen yendo y viniendo en su sala, en ese lugar donde hasta ayer había sido feliz con su amor.
Sumida en sus más profundos silencios aquella mujer, que hasta ahora no ha derramado ni una lágrima, porque está visiblemente en shock, sigue allí, sentada, inmutable. Y mira como sigue entrando gente, que la besa y la abraza y le dice que sienten su dolor y su pena. Nadie siente su dolor, nadie sabe lo que pasa por su cabeza.
La noche va cayendo y con ella se empiezan a retirar los amigos y conocidos que han ido a darle el último adiós al esposo y darle su apoyo a la esposa. Cada vez la casa se va quedando en silencio, y las sombras se van apoderando de los rincones. La mujer se ha quedado sola, no quería compañía para afrontar su primera noche en su nuevo estatus: la viudez, que terrible y amarga puede sonar esa palabra.
La esposa que ha despedido hasta de las moscas para quedarse sola en su casa y tal vez ahora si llorar sus penas; se sienta en el lecho, en aquel que compartió con su amor durante cinco años, mete rostro entre sus manos y empieza a reír desenfrenadamente. Solo ella sabe lo que ha hecho, solo ella conoce su secreto, solo ella sabe la razón.
@VeronikTeranV
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