Irlanda es país de magia, todo el mundo lo sabe. Allí pueden verse tanto castillos maravillosos como lugares naturales salidos de la más increíble imaginación. Uno de estos sitios de obligada referencia es la fascinante Calzada de los Gigantes. Se trata de un saliente rocoso formado por más de 40 mil columnas basálticas, cuya estructura tan regular llama permanentemente a la interrogación, haciéndonos preguntarnos quién o cómo pudo construir algo semejante.
Irlanda es país de magia, todo el mundo lo sabe. Allí pueden verse tanto castillos maravillosos como lugares naturales salidos de la más increíble imaginación. Uno de estos sitios de obligada referencia es la fascinante Calzada de los Gigantes. Se trata de un saliente rocoso formado por más de 40 mil columnas basálticas, cuya estructura tan regular llama permanentemente a la interrogación, haciéndonos preguntarnos quién o cómo pudo construir algo semejante.
Esta Calzada se encuentra en el condado de Antrin y sus columnas pueden alcanzar hasta los 12 metros, aunque en su conjunto la formación se eleva hasta cerca de los 28 metros, dimensiones extremadamente grandes que llevaron a los habitantes de la zona a lo largo del tiempo a creer que todo fue obra de gigantes.
La leyenda dice que en la región habitaban dos de estos seres míticos, uno irlandés de nombre Finn y el otro escocés llamado Bennandoner, cuyas relaciones digamos que no eran las mejores. Tratándose de gigantes, un buen día comenzaron a lanzarse enormes trozos de piedra que fueron cayendo en el mar hasta formar una calzada.
Muy listo el escocés, comenzó a cruzar aquel camino con idea de derrotar al irlandés y demostrarle su poderío. Sin embargo, la esposa de Finn, que como toda buena mujer poseía un sexto sentido, intuyó lo que sucedería y disfrazó a su cónyuge de bebé.
Bastó echarle una ojeada a la enorme criatura para que Bennandoner imaginara que su padre sería considerablemente más grande. Y tanto se asustó el gigante escocés que pegó pies en polvorosa atravesando la calzada y hundiendo muchas de las piedras que la formaban, de tal suerte que Finn no pudo seguirle luego y se cortó la comunicación con Escocia.
Los científicos que han estudiado la zona consideran que se trata de un fenómeno de origen volcánico acaecido hace casi 60 millones de años. Sencillamente, la lava que fluía por toda esta área se fue enfriando poco a poco hasta convertirse en basalto. Este compuesto tiende a reducir su volumen y a tomar formas hexagonales. Con el tiempo, la erosión acabó poniendo al descubierto las miles de columnas.
Aun así, siguen siendo un misterio la simetría y la regularidad tan precisas con las que se han formado estas estructuras. Y lo único que a ciencia cierta pudiéramos afirmar es que la fascinante Calzada de los Gigantes en Irlanda es uno de esos lugares merecedores de toda nuestra atención y que no deberíamos dejar de visitar.
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Maravilloso. Me inclino mas por la teoría científica. Un abrazo...hacía mucho no te leía! ;)
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