Muchos países del mundo albergan sitios maravillosos que van más allá de nuestra imaginación, pero en el caso de Yemen podemos mencionar un lugar que, además, resulta el escenario perfecto para escribir una saga de ciencia-ficción: me refiero a la extraña isla de Socotra.
Muchos países del mundo albergan sitios maravillosos que van más allá de nuestra imaginación, pero en el caso de Yemen podemos mencionar un lugar que, además, resulta el escenario perfecto para escribir una saga de ciencia-ficción: me refiero a la extraña isla de Socotra.
La razón por la cual hacemos esta afirmación es que tanto la geografía como la flora y fauna de este archipiélago, cuya isla mayor le da su nombre, son absolutamente únicos, de tal manera que podríamos darle la vuelta al mundo entero, como Philias Fogg (Personaje protagónico de la novela La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne), y no encontrar siquiera un espacio con características semejantes a Socotra.
Claro, la isla se encuentra tan alejada de la zona continental―en el océano Índico, muy al sur de la península Arábiga― que se ha producido una diferenciación natural marcada, incluyendo su clima y su ecología. Pero sin dudas la flora es el sistema que más llama la atención y por el cual se ha hecho famosa.
Observándola de cerca, la isla de Socotra muestra una serie de contrastes entre su clima tórrido y seco, sus terrenos áridos y rocosos, y una vegetación profusa en cuyos alrededores vive una rica fauna salvaje.
Basta mencionar dos tipos de árboles que nos dejan boquiabiertos: la dragonera de Socotra o árbol de la sangre del dragón y el árbol del pepino.
La dragonera es una planta de encantamiento, si se la observa detenidamente. Tiene forma de paraguas invertido y según las leyendas su savia, de color rojo, es la sangre de este animal mitológico. Los antiguos la utilizaban por sus propiedades mágico-curativas, aunque lo más sorprendente de ella es su insólito aspecto, así como el hecho de que forma bosques inmensos de una simetría espectacular.
El árbol del pepino es una planta en forma de botella, con una panza muy abultada. Es endémica de la isla pues, aunque la familia existe en otras regiones, en forma de árbol solo se da en este lugar recóndito. Su aspecto es muy simpático pues los troncos son gruesos, mas la parte superior y sus ramas son estrechas y pequeñas, totalmente cubierto de flores.
Puede ser que otros lugares del mundo nos regocijen con sus bellezas, pero les aseguro que nada tan exótico y alucinante ―cual si hubiéramos tomado fotos en un paisaje extraterrestre― como la peculiar hermosura de la extraña isla de Socotra.
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