Uno de los sitios más terroríficos del mundo es, sin duda, la Granja Bell, ubicada en un apartado paraje de Tennessee, en los Estados Unidos. Allí, según cuenta la leyenda, un fantasma —conocido también como la Bruja de Bell— logró matar una persona a principios del siglo XIX.
Uno de los sitios más terroríficos del mundo, entre granjas embrujadas, granjas malditas o granjas misteriosas es, sin duda, la Granja Bell, ubicada en un apartado paraje de Tennessee, en los Estados Unidos. Allí, según cuenta la leyenda, un fantasma —conocido también como la Bruja de Bell— logró matar una persona a principios del siglo XIX.
La historia refiere que un fatídico día John Bell, junto a su hijo y un amigo de la familia, salieron de caza y se adentraron en el bosque. De repente, una espesa niebla se mezcló entre los árboles antiguos mientras los azorados cazadores seguían una extraña criatura que se movía de manera confusa. La figura, amenazante, se abalanzó entonces sobre John quien disparó su rifle, azuzado por el pánico.
A partir de ese día comenzó el calvario para los Bell. Empezaron a escucharse extraños sonidos en la casa, como si alguien arañara las ventanas o hiciera crujir las tablas del suelo. La granja empezó a hacerse terrorífica.
El fantasma martirizó a la familia de Tennessee por cuatro años, todas las noches, y cada uno de sus ataques se hacía más intenso.
La hija de los Bell, Betsy, fue la primera víctima de los sobresaltos que ocasionó el fantasma. Una noche, mientras la niña dormía, algo la despojó de las sábanas y le susurró frases terribles al oído. En un principio los Bell pensaron que se trataba de simples pesadillas, pero no lo eran.
Los hombres más lúcidos del pueblo culparon a Kate Batts, una mujer excéntrica y rara que, en el pasado, había tenido negocios de tierras con John Bell, negocios que no salieron nada bien. Kate, según se cuenta, era una mujer llena de resentimientos y odio.
En uno de los peores ataques, el fantasma mató a John Bell, pero ahí no termina la funesta historia. La criatura juró regresar y, según se dice, hoy reside en la casa abandonada de la granja y continúa aterrorizando a los curiosos —y valientes— visitantes que se atreven a pernoctar allí.
¿Fueras acaso de paseo por ese lugar a dormir una sola noche allí?
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