Uno de los lugares más bellos del mundo, cuyos paisajes pueden servir como motivo para fotos y postales, es la región finesa llamada Laponia. Durante el invierno, un fenómeno extraordinario tiene lugar, los árboles se cubren de hielo y nieve de tal suerte que adoptan formas caprichosas, cual gigantes que cuidaran el norte de la Tierra: los Centinelas del Ártico.
Uno de los lugares más bellos del mundo, cuyos paisajes pueden servir como motivo para fotos y postales, es la región finesa llamada Laponia. Durante el invierno, un fenómeno extraordinario tiene lugar, los árboles se cubren de hielo y nieve de tal suerte que adoptan formas caprichosas, cual gigantes que cuidaran el norte de la Tierra: los Centinelas del Ártico.
En esta zona las temperaturas alcanzan los -40 grados Celsius y todo se hiela de una forma que en la blancura infinita nada parece existir. Sin embargo, estos árboles congelados no han muerto, simplemente permanecen en pie a la espera del verano, cuando nuevamente volverán a reverdecer.
Un fotógrafo italiano de nombre Niccolo Bonfadini tomó fotos del lugar que, por su increíble hermosura, fueron popularizadas en el sitio de la NASA. El paisaje muestra un blanco purísimo solo salpicado por estas figuras aleatorias, hibernando tranquilamente bajo los casquetes de hielo.
Al alba, todo se recorta contra un cielo de suaves tonos azules, malvas y rosas, lo cual produce un espectáculo fascinante. Este fenómeno se denomina Cinturón de Venus y es otra de las atracciones de la región que hace contraste con la infinitud ártica. Se llama así pues se produce cuando Venus brilla y puede ser visto con claridad.
Aunque las condiciones del clima de la Laponia finesa son tan extremas, lo cierto es que tras esa capa de hielo parecen vivir peces y mamíferos marinos cuyos mecanismos evolutivos les han permitido permanecer allí. Los gigantes blancos son pues sus guardianes, los que en la superficie aseguran que solo es cuestión de esperar unos meses más.
Las tradiciones populares laponas han convertido estos árboles helados en criaturas mágicas que vigilan estos parajes nórdicos. Sin embargo, con la primavera, el encantamiento se rompe, el hielo se derrite y los Centinelas del Ártico vuelven a ser simples árboles verdes que embellecen igualmente este increíble lugar del planeta.
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Un paisaje de fantástica realidad..!! Genial Alex!
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