Un ser solitario, el aparentemente inofensivo Frank (Elijah Wood), comienza una cacería de mujeres jóvenes y hermosas a las que mata y roba la cabellera. Sus asesinatos en serie continúan mientras conoce a Anna (Nora Arnezeder), una chica que lo hace dudar y lo coloca al límite, entre el amor y el deseo de matar.
Un ser solitario, el aparentemente inofensivo Frank (Elijah Wood), comienza una cacería de mujeres jóvenes y hermosas a las que mata y roba la cabellera. Sus asesinatos en serie continúan mientras conoce a Anna (Nora Arnezeder), una chica que lo hace dudar y lo coloca al límite, entre el amor y el deseo de matar.
Esta es, en términos generales, la línea argumental de Maniac (2012), un remake de la película homónima de 1980.
Se trata de un filme de terror que aprovecha el aire inofensivo del protagonista, un Elijah Wood (El señor de los anillos, 2001; Hooligans, 2004; Sin City, 2005; entre otras) que parece incapaz de matar una mosca pero que, a la vez, es dueño de una mirada perturbada y lúgubre.
Varios detalles hacen de Maniac una cinta distinta a las de su tipo. En primer lugar está filmada en primera persona, de manera que en casi todo momento el espectador permanece focalizado en la mirada del protagonista, un asesino de mujeres, dueño de una tienda de maniquíes.
Mucho cuidado pusieron Franck Khalfoun, el director, y el guionista, Alexandre Aja, en crear un motivo que justificase los actos sangrientos del protagonista. Frank Zito es culpable, sin duda, pero el espectador puede sentir por él comprensión y hasta desear que no lo atrapen jamás.
Maniac tiene buen ritmo, adecuada banda sonora, una excelente ambientación y actuaciones no desdeñables que ubican al filme como uno de los más interesantes de la temática de asesinos-psicópatas de la década que corre.
Esta nueva versión de Maniac —que para muchos supera a la anterior entrega, de la década de los 80 del siglo pasado—, centrada en reflejar los movimientos y la mirada del asesino, se torna seductora y nos coloca en estado de permanente tirantez emocional.
Claro que hay sangre, cuchilladas y gritos, pero Maniac va más allá del simple recorrido de muertes para capturar al espectador quien no puede desprenderse de la mirada hipnótica del asesino. ¿Están listos para verla?
Trailer
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