Un grupo de corredores callejeros marcha hacia el Road Rally 1000 a través de una ruta alternativa para cortar camino. En el trayecto molestan al camionero Rusty Nail (Ken Kirzinger), quien comenzará a rastrear y torturar a los jóvenes.
Un grupo de corredores callejeros marcha hacia el Road Rally 1000 a través de una ruta alternativa para cortar camino. En el trayecto molestan al camionero Rusty Nail (Ken Kirzinger), quien comenzará a rastrear y torturar a los jóvenes.
Se trata de la tercera entrega de la saga Joy Ride —iniciada hace más de una década, en 2001—, una mezcla de terror y thriller de carretera, temática atractiva para realizadores y cinéfilos de todos los tiempos.
La saga explota la "sensación de poder" de quien maneja un vehículo grande y potente, visto en la ruta como un tiburón que devora, uno a uno, a los pequeños peces, que serían, en este caso, otros autos más pequeños.
Joy Ride 3 va en la dirección de clásicos como El diablo sobre ruedas (1971) o Carretera al infierno (1986), una tradición de poder en la ruta, de camioneros sin escrúpulos y de sangre, mucha sangre.
Según la crítica, Joy Ride 3 no aporta nada novedoso al cúmulo de películas de carretera en las que se explota el motivo de la persecución. Es un filme predecible donde no resalta ni siquiera el carisma del personaje central: el camionero despiadado.
Pero quizás el mayor acierto de la cinta sea la pericia del director, Declan O'Brien, que logró algunas escenas viscerales, de una violencia gráfica tal que sobrecogen al espectador más acostumbrado a este tipo de cine. No se trata de momentos que hagan inmortal a Joy Ride 3, pero pasan como adecuada demostración de la fragilidad del cuerpo humano.
Más allá de los vacíos en el argumento —que no justifican, por ejemplo, los rápidos traslados del camionero—, la película de O'Brien se fortalece en la creatividad de las torturas y asesinatos, relacionados todos con elementos del camión.
Las actuaciones no son nada del otro mundo, pero están apoyadas por un trabajo decente en efectos especiales, lo que hace que Joy Ride 3 parezca un mejor filme de lo que realmente es.
No obstante, al verla podría generar en el espectador mucho nerviosismo y adicción. Así que adelante, es hora de reunirse en grupo de amigos y disfrutar de Joy Ride 3
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