Los turistas más valerosos disfrutarán de El Pailón del Diablo, una descomunal cascada cercana a la ciudad ecuatoriana de Baños y uno de los mayores atractivos de la zona. El agua del río Pastaza se precipita al vacío, a más de 80 metros de altura. La imagen natural —complementada por una tupida selva y salvajes rocas— crea un espectáculo hermoso al que acuden asombradas decenas de personas diariamente.
Los turistas más valerosos disfrutarán de El Pailón del Diablo, una descomunal cascada cercana a la ciudad ecuatoriana de Baños y uno de los mayores atractivos de la zona.
El agua del río Pastaza se precipita al vacío, a más de 80 metros de altura. La imagen natural —complementada por una tupida selva y salvajes rocas— crea un espectáculo hermoso al que acuden asombradas decenas de personas diariamente.
Muchos curiosos quieren ver la caída del agua desde bien cerca. Para ello descienden por un sendero bien señalizado pero que transmite una inconfundible impresión de debilidad ante tanto desborde y poderío natural.
En el recorrido, el camino es custodiado por hortensias, bromelias, orquídeas, helechos, musgo y vegetación de selva hasta llegar a un puente en suspenso sobre el vacío. Allí la experiencia de vértigo y fascinación es mayor, al borde mismo del Pailón del Diablo, o Cascada de Río Verde, como también se le conoce al sitio.
En medio de todo se esparce una fina neblina. Es el agua que, al chocar contra el lecho de rocas agrestes, se transforma en millones y millones de finas gotas que forman una nube densa y fresca.
Los alrededores de la cascada son un lugar perfecto para contemplar la naturaleza, la flora y la fauna locales, y, además, para sentir que el poder de la selva y del mundo natural es indómito. Al borde del Pailón hay un mirador, ideal para escrutar las profundidades selváticas (es mejor con prismáticos) y una enorme variedad de disímiles mariposas, tapires y otros animales de carácter particular.
El Pailón del Diablo está considerado como uno de los mayores saltos de agua de Ecuador. El agua posee una temperatura media de 23 grados Celsius (centígrados).
Los numerosos visitantes advierten que visitar el Pailón del Diablo es agotador, pero gratificante. Sin duda alguna, una de las mayores atracciones turísticas de Latinoamérica.
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