El caso de la momia de la niña Rosalía Lombardo aún resuena por lo enigmático y extraño del suceso y por la belleza y conservación de su figura. Así le apodaron, la Bella Durmiente, en clara alusión al cuento para niños y a la figura muerta de la menor de solo dos años, que parece, simplemente, dormir.
El caso de la momia de la niña Rosalía Lombardo aún resuena por lo enigmático y extraño del suceso y por la belleza y conservación de su figura.
Así le apodaron, la Bella Durmiente, en clara alusión al cuento para niños y a la figura muerta de la menor de solo dos años, que parece, simplemente, dormir.
Había nacido en 1918, pero en 1920 no pudo superar la neumonía y cayó muerta. El padre, dispuesto a conservar intacta la imagen amada de la niña, pidió el embalsamamiento a Alfredo Salafia, un eminente químico.
El especialista utilizó una técnica nueva —y secreta entonces— que lograba una conservación más duradera. Investigaciones actuales demuestran que el cuerpo de Rosalía Lombardo sigue en muy buen estado a pesar de haber transcurrido más de 90 años desde su muerte.
La técnica secreta de Salafia —notable taxidermista y embalsamador— incluía una mezcla de formol, agua, sales de zinc, alcohol, ácido salicílico y glicerina. Además, Salafia disolvió parafina en el rostro de Rosalía, lo que contribuyó a su excelente conservación.
El cuerpo de la niña se pudo ver, por años, en las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo, en la Capilla de los Niños. El clima seco del lugar también es un factor para la perdurabilidad de la momia infantil.
Salafia logró que Rosalía, permaneciese como dormida profundamente —lo que fue la petición de los padres desconsolados ante la pérdida de la niña.
Algunos devotos han creído ver en la asombrosa conservación de Rosalía una señal de santidad.
Pero, en el pasado, algunos acusaron a los monjes capuchinos de cambiar la niña momificada por una muñeca, lo que generó suspicacias y la curiosidad de algunos eminentes científicos.
En el pasado se comentó que Rosalía movía los párpados varias veces al día y mostraba parte de sus ojos azules.
Los investigadores señalan que se trata de un fenómeno óptico, pues la luz natural que penetraba en el convento de los capuchinos cambiaba la percepción de la figura de la niña, la bella durmiente.
Alex Méndez Romero
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Audio - Rosalía Lombardo: La bella durmiente
La verdad que parece estar durmiendo !!!
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