Para la sorpresa de su madre y de los asistentes, el cadáver se hallaba exactamente igual que cuando había sido enterrada, no tenia ningún signo de descomposición que probara que la joven había sido enterrada hace seis años atrás...
En Hillside, Illinois (Estados Unidos) se encuentra la tumba de una bella mujer a la cual, según dicen, se le a visto pasear por el cementerio Monte Carmelo; caminando, con su vestido blanco de novia y etéreo, que a su paso va dejando un olor dulce a rosas, sin que cerca se encuentre rosal alguno. Son varios los testimonios de quienes afirman haberla visto, pero, ¿Quien es esa misteriosa mujer?.
De descendencia italiana, Julia Buccola (1892, 1921) soñaba con poder ser madre y así, con la llegada de un bebe llenar su vida de una inigualable felicidad. Finalmente quedó embarazada, pero lo que ella no sabía, es que el destino le tenía preparado otros planes. El día tan esperado llegó, Julia Buccola había entrado en labor de parto. Con el ansia de conocer a su primogénito y el dolor de un parto complicado, pronto perdió la conciencia y su joven corazón paró de latir a los veintinueve años, pereciendo así también el feto. Fue enterrada con su traje nupcial, junto con su hijo.
Afligida, la madre de Julia, Filomena Buccola comenzó a tener sueños extraños con su fallecida hija, donde esta le rogaba que la desenterrara. Filomena comenzó a pensar que su hija seguía con vida, hasta que dicha idea terminó por convertirse en una obsesión. Así que, uno de esos días resolvió que tenía que abrir el ataúd, para poder así comprobar si su querida hija, seguía con vida. Después de hacer papeleos y trámites interminables, por fin consiguió el permiso del sacerdote local para poder exhumar el cadáver.
Pero para la sorpresa de su madre y de los asistentes, el cadáver se hallaba exactamente igual que cuando había sido enterrada, no tenia ningún signo de descomposición que probara que la joven había sido enterrada hace seis años atrás, salvo por las ropas gastadas. Desconcertados sus familiares le tomaron una fotografía antes de volver a cerrar el ataúd para dejar que Julia Buccola continuara sumida en su sueño eterno.
Debido a lo extraordinario del caso, en el cementerio se erigió una estatua en honor a Julia Buccola, representada con su vestido blanco de novia y un ramo de flores. Hay gente que afirma la ven a diario y por tanto, la han llamado como "La novia cadaver"
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