El lugar está asociado con la legendaria adivina y profetisa llamada Madre Shipton (1488 - 1561), nacida como Ursula Southeil, esposa de Toby Shipton. Según la leyenda nació en la cueva.
Madre Shipton, quien, aunque estuvo cerca de arder en la hoguera acusada de brujería terminó su vida aclamada como vidente, nació en una cueva en Knaresborough, en el condado inglés de Yorkshire.
Tanto fue el poder de esta mística del siglo XV, que el lugar de su nacimiento permanece cargado de su espiritualidad aún hoy, según patentizan los miles de creyentes y curiosos que se llegan hasta allí cada año.
En 1488 la adolescente Agatha Southeil dio a luz a una niña especial al cobijo de una cueva. Úrsula Southeil nació con la cabeza desproporcionadamente grande, las mejillas resecas, las extremidades torcidas y los ojos ardientes como brasas.
Tras su nacimiento los vecinos del lugar aseguraron escuchar estruendos terribles, como truenos, que salían de la cueva. Tan extraños sucesos, unidos al aspecto grotesco y deformado de la criatura, fueron interpretados como pruebas evidentes de la relación de Úrsula con el diablo y de su espíritu de bruja.
Rodeada de este halo maldito, la niña creció en soledad, lo cual contribuyó a que se centrara en su mundo interior.
Cuenta la leyenda que desarrolló una conexión muy fuerte con la naturaleza, gracias a su inmersión en los bosques de Yorkshire, y también con sus propios pensamientos. Sin dudas este ambiente jugó un papel determinante en el desarrollo de su don, y toda su vida estuvo conectada a la cueva que la vio nacer: allí vivió y practicó su oficio.
Nadie sabe con exactitud cuándo Úrsula comenzó a tener visiones. Lo que sí se sabe es que su fama como bruja se extendió como fuego por la región. Incluso, pese a su apariencia, su poder de ver el futuro hizo que no pocos hombres la pretendieran. En contraste con la soledad de su niñez, de joven Úrsula se volvió una persona popular.
En 1512 se casó con el carpintero Toby Shipton, y dejó de ser Úrsula, para convertirse en Madre Shipton, nombre con el que ha pasado a la historia de la clarividencia.
Muchos vecinos comentaron que su matrimonio lo debía a una poción de amor. Con hechizo o sin este, lo cierto es que al matrimonio Shipton, pese a no tener hijo, se le vio vivir cómodo y feliz en la cueva de Knaresborough, Inglaterra.
Toby parecía aceptar y hasta entender los dones de su mujer, y se mostraba orgulloso de sus habilidades. Madre Shipton y su esposo vivieron juntos hasta que la muerte los separó.
De adulta, Madre Shipton lucía muy alta de estatura, huesuda, con la cabeza muy larga y la nariz puntiaguda: ¡el típico arquetipo de la bruja! También conservó los ojos ardientes que tanto asustaban a los demás cuando era niña, y forjó un carácter fuerte, según ha descrito uno de sus biógrafos.
Madre Shipton fue tenida por bruja hasta que aparecieron sus profecías, a raíz de lo cual pasó a ser considerada vidente.
Esta mística mujer vivió en los días del rey Enrique VIII, el dominio de la Armada Española, el imperio monumental de Solimán el Magnífico en el Oriente, y los grandes “descubrimientos” del Nuevo Mundo.
Sus profecías fueron uno de los temas más discutidos en la corte británica del siglo XVII.
La Cueva de la Madre Shipton (o "La Vieja Cueva de la Madre Shipton") está en Knaresborough, Yorkshire, Inglaterra, cercano al Río Nidd. Muy cerca se encuentra Petrifying Well que es la atracción turística más antigua de Inglaterra, abierto desde 1630.
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