La tripofobia es el miedo o repulsión generado al mirar o al estar cerca de figuras geométricas muy juntas, especialmente orificios pequeños
Un excelente ejemplo de esto es la tripofobia, en la que el miedo es atribuido a orígenes inherentes. Es más, esta es una de las fobias más raras que existen, y por lo tanto se considera un extraño fenómeno.
¿Qué es la tripofobia?
El término tripofobia literalmente significa miedo hacia los agujeros, si se traduce del idioma griego. Aunque generalmente hace referencia a la gran ansiedad por los patrones repetitivos, sobre todo los orificios muy pequeños y demasiado juntos. Sin embargo, este miedo también ocurre hacia los rectángulos, bultos o incluso círculos que esten repetitivos.
En muchos casos se vincula la tripofobia a diversos elementos que están presentes en la naturaleza. Como por ejemplo semillas de una flor de loto, células, el panal de las abejas, o hasta corales. Cosas que son hechas por el ser humano también generan una reacción parecida, como por ejemplo burbujas de jabón o las esponjas.
Lo que relaciona todas estas imágenes tripofóbicas entre sí, es la asimetría entre los elementos que las conforman. Quienes padecen este miedo, experimentan una fuerte incomodidad o asco cuando observan imágenes como esas. Y mientras el contraste sea mayor en los elementos, será más desagradable seguir observándolas.
¿Por qué se produce la tripofobia?
Psicólogos pertenecientes a la universidad de Essex, fueron capaces de encontrar resultados que indicaron que un 15% de todos los participantes en esos estudios, eran sensibles a imágenes tripofóbicas. Donde este porcentaje era un poco mayor en las mujeres, que en el caso de los hombres.
Estos científicos explican la aparición de la tripofobia a la evolución del ser humano. Ya que rechazar esas imágenes tripofóbicas habría sido de gran utilidad, para identificar diversos peligros. Como por ejemplo animales venenosos, escorpiones y otros animales que tienen patrones repetidos en sus cuerpos.
De igual manera, estas reacciones desfavorables a las imágenes tripofóbicas, habrían sido una herramienta muy útil para identificar contaminantes. Ejemplo de esto podría ser el moho, cadáveres que tienen agujeros hechos por los gusanos, o las heridas abiertas.
Tomando en cuenta esto se puede decir que, el ser humano no simplemente se ha adaptado de forma física al mundo, también ha heredado predisposiciones para asociar sucesos específicos. Incrementando así las probabilidades de sobrevivir en los seres humanos antepasados. Un ejemplo podría ser el siguiente: las personas se encontrarían preparadas para relacionar sensaciones de peligro hacia los insectos, o también hacia la oscuridad.
Por
lo tanto, la irracionalidad que existe hacia las fobias puede ser
explicada, ya que cuentan con un origen que es a nivel biológico, y no a
nivel cognitivo. Es muy interesante el mecanismo de defensa natural del ser humano, pero aun así hay quienes refutan esa teoría.
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