Charlie McCarthy es el nombre de un famoso muñeco o títere que el ventrílocuo Edgar Bergen utilizaba para realizar sus actos.
Charlie McCarthy es uno de los nombres más emblemáticos en la historia del entretenimiento, por dar uno de los shows de ventriloquia más famosos de la historia, al lado de su compañero Edgar Bergen. Pero, ¿qué pensarías si te digo que ese “muñeco” llamado Charlie, no era un muñeco común? A continuación, te relataré la extraña historia de cómo se dieron cuenta de lo que en realidad se escondía detrás de esta marioneta de madera.
Edgar Bergen nace a principios del siglo XX en una familia de artistas itinerantes. Desde una edad temprana, Bergen mostró un talento natural para el entretenimiento. Con sus padres, ambos actores de teatro, recorre los Estados Unidos, actuando en pequeños teatros y ferias. Es en estos primeros años que Edgar desarrolla su ingenio mordaz y su amor por la actuación. Su habilidad para captar la atención del público y hacer reír a la gente se convierte rápidamente en su marca personal.
En su adolescencia, Bergen se muda a Nueva York. Y más tarde, ya en su adultez crearía un show con su “compañero de madera”: Charlie McCarthy. Este show, a pesar de ser muy sencillo, pronto, se vuelve muy popular entre los ciudadanos y comienza a tener un éxito apabullante, a las personas les llamaba mucho la atención el títere, pues, era muy detallado y tenía una expresión bastante realista. Además, se decía que Bergen, nunca dejaba que nadie tocara al muñeco; creando así, una leyenda de que quizá, el muñeco no era un muñeco, sino, un niño real momificado, inclusive su propio hijo que murió y como Edgar no soportó la pena, lo momificó para tenerlo siempre a su lado.
Esta leyenda, solo hizo que el show se volviera el más famoso en todo Nueva York, ya que todos tenían curiosidad al respecto. Pero, supuestamente todo cambiaría una noche. Edgar Bergen, estaba en su camerino antes de dar un show, cuando de pronto uno de sus asistentes iría a buscarlo para avisarle que el espectáculo comenzaría en breve; al no recibir respuesta, abriría la puerta y encontraría una escena escalofriante: Edgar Bergen estaba muerto en el suelo, con el cuello roto y sin ojos...y, a menos de un metro estaba su muñeco Charlie, sentado apacible sobre su baúl. Cuando se acercaron a mirar a Charlie con detenimiento se dieron cuenta de que tenía huellas dactilares de Edgar y que su cara, estaba cubierta por una especie de látex, la cual cubría su cara momificada y sin facciones reconocibles. Aunque las autoridades de la época, trataron de investigar la identidad de aquel niño de entre 5 y 10 años, quedó como un misterio sin resolver, debido a que no existía como tal, ciencia forense, por los años 1920.
Lo cierto y desconcertante de esta historia es que tiene dos versiones. La misteriosa que circula como una leyenda urbana y que es la que les hemos contado aquí y la otra versión que dice que realmente el muñeco de Edgar Bergen era de madera y está expuesto en un museo del Instituto Smithsoniano (Estados Unidos) como pieza histórica. Más tarde se realizaron dos copias más del mismo, una de ellas está expuesta en el museo virtual Museum of Broadcast Communications, y la otra la compró el famoso mago David Copperfield por 110.000 dólares estadounidenses.
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