Por increíble que parezca, existe un lugar en nuestro planeta que puede ser considerado el hogar del arcoíris. No es otro que la Gran Fuente Prismática de Wyoming, ubicada en el espléndido parque de Yellowstone (Estados Unidos) y que muestra a nuestros ojos el mayor espectáculo cromático que podamos imaginar.
Por increíble que parezca, existe un lugar en nuestro planeta que puede ser considerado el hogar del arcoíris. No es otro que la Gran Fuente Prismática de Wyoming, ubicada en el espléndido parque de Yellowstone (Estados Unidos) y que muestra a nuestros ojos el mayor espectáculo cromático que podamos imaginar.
Les hablo de un lago de aguas termales inmenso ―80 por 90 metros de tamaño y 50 de profundidad―, cuya principal distinción es su colorido. Y es que esta fuente muestra una degradación de colores que van desde el azul en su centro hasta el rojo en sus orillas, pasando por una variedad de tonos como el verde, amarillo y naranja.
Mas, lo que lo hace más fascinante aún es que estos colores a su vez varían durante el año en dependencia del clima. Si la temperatura es mayor resaltan los encarnados, en cambio, durante el invierno lucen más los tonos sobrios, como los verdes.
Es muy probable que los antiguos pobladores de esta región hayan creado leyendas y asociado la Gran Fuente Prismática con dioses y seres divinos, pues su belleza escapa a toda comprensión. Sin embargo, existe una explicación científica para la coloración de este lago que se relaciona con dos aspectos: bacterias y minerales.
Las orillas de la Gran Fuente se hayan habitada por unas peculiares bacterias cuyos pigmentos y clorofila dan color a las aguas. Además, hay grandes cantidades de minerales disueltos, que combinados con dicha pigmentación resultan en esta gama cromática propia de los arcoíris.
Por otra parte, el centro del lago es de un azul profundo, allí no habita vida alguna debido a sus altas temperaturas. Así pues, no se produce cambio alguno en la coloración.
Aun cuando el lugar es impresionante, maravilla que solo puede ser apreciada en toda su magnitud desde las alturas, la Fuente no brinda al visitante posibilidad alguna de darse un chapuzón, pues las aguas están permanentemente en estado de ebullición, como sucede con los lagos termales.
Pareciera como si la naturaleza, en su infinita sabiduría, hubiera limitado este fantástico lugar convirtiendo la Gran Fuente Prismática de Wyoming en el hogar del arcoíris, espacio que nadie nunca logrará traspasar.
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