Las Enigmáticas Pirámides de Egipto: una prueba de la inmortalidad

Una de las siete maravillas del mundo antiguo, proclamadas como monumentos de la humanidad y por supuesto, considerados como los símbolos más significativos de la milenaria civilización egipcia, son no solamente vestigios, sino el legado emblemático del desarrollo y visión de humanos de hace miles de años, que vieron en estas pirámides, el boleto a la posteridad, el recuerdo hacia el tiempo infinito y la inmortalidad: y lo lograron.

Una de las siete maravillas del mundo antiguo, proclamadas como monumentos de la humanidad y por supuesto, considerados como los símbolos más significativos de la milenaria civilización egipcia, son no solamente vestigios, sino el legado emblemático del desarrollo y visión de humanos de hace miles de años, que vieron en estas pirámides, el boleto a la posteridad, el recuerdo hacia el tiempo infinito y la inmortalidad: y lo lograron.

Keops, Kefrén y Micerino, éstas son las bellas y majestuosas pirámides que se alinean perfectamente con la constelación de Orión, y su exploración indica que cada una de ellas no es menos que la tumba del faraón por la que llevan su nombre, siendo la más grande la pirámide de Keops. Cada una de ellas albergaba el cuerpo de su faraón por la que fue construida, junto con las pertenencias y ofrendas de estos. Se estima que las ancestrales pirámides pertenecen al Imperio Antiguo. La pirámide de Keops es la que perdura en sus mejores condiciones.

Las investigaciones apuntan que en el período arcaico del Egipto antiguo, los faraones usaban mastabas (edificación funeraria del Antiguo Egipto, con forma troncopiramidal, de base rectangular, imagen de la izquierda) como sus tumbas y santuarios de descanso después de la muerte, pero según algunos teóricos, empezaron a construir pirámides para sus faraones, en su afán de acercarse más a las alturas y las estrellas. Entre las paredes se encuentran escritos que dicen, el difunto faraón deja su esencia en la pirámide, y asciende a los cielos para convertirse en un astro en las alturas por la eternidad. Es por eso que las mastabas eran, —según teorías— pirámides escalonadas, que además de darle soporte a la estructura, también era una “escalera” hacia el cielo, para facilitar la ascensión del faraón. Luego de estas, construyeron pirámides romboidales y de otras variaciones con fines “estructurales”. 

Las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino pertenecen a la Dinastía IV, que se calcula cerca del año 2500 antes de Cristo, y fueron las primeras en tener la forma clásica de caras lisas que vemos actualmente entre las bellas e interminables dunas de Guiza.

Posteriormente a estas, se siguieron las construcciones de otras pirámides para los diferentes faraones, pero no se han destacado tanto porque han sido de menos dimensión, con otros materiales, otras formas como las mastabas, cambio de ubicación, (otros faraones construyeron templos en Tebas) o fueron desmantelados por ocupaciones romanas para hacer otras construcciones.

Se dice que las pirámides pasaban por un gran proceso para ser terminadas. Aunque no hay documentos de la época sobre su construcción, hay pistas que indican que se preparaba primero la tierra que sería de base, se hacían surcos que eran llenados de agua para medir la nivelación, y luego se empezaban a montar roca por roca hasta formar la pirámide. En algunas partes hay pequeños espacios llenos de adobe o perfectamente unidos. Las rocas de gran tamaño eran traídas en barcazas de una cantera del sur, y luego eran trasladados hasta su destino final en trineos de troncos de madera, remolcadas por decenas de hombres.

Más de cien pirámides construidas por orden de los faraones para su descanso de la época faraónica, y el sudor del trabajo de miles de hombres que con rampas, escalones e instrumentos rústicos levantaron cada una de las estructuras para lograr la eternidad. Sabemos de su observación al cielo, subir la vista y estudiar a profundidad cada uno de los astros, su posición y movimiento, les inspiraba con su apreciación vivir como uno de estos cuerpos celestes, la vida después de la muerte. 

La inmortalidad la lograron en los cielos convertidos en estrellas, como su admirada constelación de Orión, pero aquí en la Tierra, la inmortalidad la lograron con sus grandes monumentos a la eternidad.

Kennet Falcón
http://www.misteriosarealidad.com
Adaptación:
Alex Méndez Romero
Twitter: @halpamen

Imágenes gracias a http://soyviajero.com

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