Desde tiempos inmemorables, la humanidad ha sido visitada por seres inteligentes de otros mundos, aquellos a los cuales se los llamaba: los Señores de las Estrellas o los Vigilantes del Universo y siempre traían profecías consigo, noticias del futuro y mensajes reveladores. Así, el tiempo de manifestar lo que me sucedió y escribí hace algunos años ha llegado... tal vez porque era necesario contar y no guardar lo que viví, tal vez porque es tiempo de declarar un secreto que he tenido almacenado por un largo período de mi vida.
Yo no era de las personas, que creían que algo insólito, increíble, terrorífico o extraño podría suceder en un determinado momento; simplemente vivía cada día, sintiendo aquella brisa suave de los amaneceres, mirando los hermosos campos verdes o contemplando las grandiosas montañas y nevados. Escuchando la melodía del planeta plasmado en el bello trinar de las aves, mirando cada árbol frondoso en un día de sol radiante o en una lluvia refrescante. Haciendo cada día la rutina del trabajo, investigando nuevas tecnologías sentado frente a un computador o en los paseos con mi familia a las lagunas cercanas a mi ciudad. Mirando el firmamento, la luna y las estrellas en las noches o simplemente escuchando música para relajarme; así era mi vida cada día, la consideraba normal, tranquila y agradable, hasta que sucedió lo que tenía que suceder.
Iba rumbo a casa después de una larga jornada de trabajo, el reloj marcaba las 10 de la noche de un miércoles 25 de Octubre, el cielo estaba despejado, la luna alumbraba el firmamento y las estrellas se hacían presentes con su infinita potestad. Manejaba a más de noventa kilómetros por hora, deseaba llegar lo más pronto a casa, desesperado por comer algo, recostarme y descansar, pues el día había sido muy largo; sin embargo, jamás imaginé que lo que me sucedió esa misma noche cambiaría para siempre el rumbo de mi vida.
El camino estaba oscuro, estrellas en el firmamento por doquier y a lo lejos bosques con grandes árboles, una brisa fría pero agradable, pues era una noche bonita. Estaba escuchando mi estación de radio favorita y todo estaba sereno, tranquilo y relajado, hasta que mi calma se vio alterada cuando la emisora se detuvo por completo y empezó a manifestarse con ruidos raros. Las luces de mi coche se prendía y apagaban sin sentido, la aguja del acelerador subía y bajaba, pero, ¡la velocidad del vehículo no se alteraba!. El medidor de combustible estaba en cero y luego regresaba a la normalidad, todo sucedió tan rápido y finalmente la tranquilidad. Hice un suspiro profundo y traté de calmarme, quizás, todo era producto del estrés de ese día.
Estaba a punto de llegar a mi hogar, probablemente estaría a unos diez minutos de mi destino, cuando a lo lejos pude observar que lo que parecía un ser humano con apariencia de anciano, estaba frente a mí en la carretera, luego desapareció y acto seguido ¡aparece sentado junto a mí en el auto!. No lo podía creer, ¿cómo era posible semejante situación?. Esta vez los nervios, el miedo y el terror, se apoderaron de mí al instante, ¡la situación no era nada agradable!. Lo que yo veía, no era un simple mortal, era algo sobrenatural, ¡definitivamente!. El vehículo se apagó misteriosamente y se estacionó por sí solo, yo sin entender nada y para mi mala suerte, ¡no había ni un alma en ese sitio!.
Aquél ser, tenía el cabello azul celeste y su espesa barba del mismo color llegaba hasta su pecho, sus ojos eran celestes también, con una combinación turquesa y lila; sus pupilas amarillas como un atardecer soleado con un borde negro alrededor y su piel verdosa. Lo más extraño de todo, era que vestía una túnica negra, tan oscura que hacia resplandecer aun más su cabello y ojos en medio de la noche. ¡Me sentía totalmente aterrado!.
No pude calcular exactamente el tiempo que demoré en recuperarme y asimilar semejante circunstancia de tener junto a mí a aquél individuo quien era semejante a un anciano; quizás fueron milésimas de segundo, no lo sé, pero lo más extraño era que el insólito ser ¡no paraba de observarme!; ¡sus ojos fijos me apuntaban y ni siquiera parpadeaba!; solo tenía sus pupilas amarillas y dilatadas puestas fijamente sobre mí.
En ese estado, yo quería gritar, correr y escapar, pero no podía moverme y ni siquiera hablar. ¡Estaba paralizado y perplejo!; era como si alguna fuerza procedente de aquél siniestro anciano me detenía, tan solo sentía una gota helada de sudor recorrer todo mi cuerpo; ¡un escalofrío amargo con esa mirada fija del misterioso sujeto que no decía nada ni tampoco se movía! ¿Qué buscaba de mi?, ¿qué estaba sucediendo?
Yo, ya no podía soportar más; mi cuerpo empezaba a desfallecer, estaba helado, ¡mis ojos querían ya nublarse!, pero aun así, yo seguía con vida. De pronto, aquél ser semejante a un anciano, levantó su mano derecha y dirigió su brazo cubierto por la túnica negra hacia el cielo oscuro en medio de la noche, apuntando hacia el frente, con sus arrugadas manos y largas uñas.
Pude al fin girar la cabeza hacia el sitio donde señalaba el misterioso anciano, era como si aquél personaje podía controlar cada parte de mi cuerpo y ¡aún mis propios sentidos!. Entonces pude ver que apuntaba hacia algo en el firmamento; cuando observé, no podía creer lo que estaba viendo. Si lo del misterioso ente ya era lo suficientemente terrorífico para mí, ¡lo que ahora estaba mirando sobrepasaba los límites de la fortaleza de un ser humano!.
Un par de galaxias espirales se acercaban rápidamente hacia mí, ¡giraban alrededor de un agujero negro gigante!. Estaba estupefacto, porque observaba venir al Universo en colisión contra la Tierra. Escuché la voz de trueno del misterioso personaje que dijo: —¡detente ahora!— con una voz autoritaria y fuerte. Sentí que el espacio y el tiempo se paralizaron ante mis ojos. El espectáculo realmente era increíble, podía observar el Universo tan cerca de mí; no lo creía, simplemente estaba allí, y se detuvo por completo a la voz del misterioso ser.
—Lo que has visto es tan pequeño comparado con lo que realmente existe y a su vez es tan maravilloso. El infinito te puede causar miedo y también fascinación. Ahora el tiempo está dentro de ti muchacho, tan solo tienes que seguirlo... te he acercado...— Pronunció con su voz trémula y fuerte acompañada de ecos que chocaban contra las montañas que me rodeaban.
Yo, sin palabra alguna que pronunciar, me di cuenta que en medio de las galaxias ¡había un camino largo de estrellas brillantes!; el mismo que conducía hacia un único punto azul muy pequeño y lejano.
La visión de las galaxias se iba desvaneciendo ante mis propios ojos y el cielo se iba restaurando a la normalidad. Entonces, aquél insólito personaje nuevamente comentó:
—De donde yo vengo, es de aquél punto azul pequeño que has observado; es un planeta que está muy lejos de tu sol. Para que tengas una idea de lo que te digo; está situado a dos billones de lo que ustedes, los seres humanos llaman años luz de distancia de la Tierra, tu planeta, tu hogar. El mundo del que yo vengo, tiene un color azul en su mayoría, con una mezcla de nubes negras, violetas y amarillas; allí no hay oxigeno, pero en su atmósfera existen otros gases denominados por los humanos como hidrógeno, helio y metano. Mi planeta, es un gigante gaseoso con vientos increíblemente fuertes y tempestuosos, que circulan muy rápido; quizás, a unos 4.000 Km por hora. Además, existen tormentas eléctricas enormes y luminosas: blancas y rojas, que son incontrolables. El clima es muy frío, analizando serían unos cien grados centígrados bajo cero. Asimismo, hay zonas rocosas y en algunos sitios no existe una superficie sólida—
—Contiene ríos compuestos por una sustancia espesa de color rojo, anaranjado y negro, producidas por elementos y reacciones químicas del mismo planeta. Mi mundo tiene volcanes fantásticos y muy grandes de color azul oscuro rodeados de abismos tan profundos llenos de metano líquido. Si lo vez desde fuera, pareciera que en su interior no existe nada, solamente gas de color azul, negro y violeta; pero si penetras su profundidad, encontrarás una civilización muy misteriosa para ustedes los seres humanos. Con superficies de metano líquido sobre algunos lugares, mi planeta es cien veces más grande que la Tierra y su fuerza de gravedad es intensa; quizás 20 veces superior que aquí, con un poder tal de radiactividad, que ningún humano sobreviviría allí un segundo.—
Cada vez me asombraba más con todo lo que aquél ser me explicaba, los nervios, el miedo y la fascinación se habían fusionado. El continuaba diciendo:
—Para ustedes los humanos, puede ser un planeta "extremo", pero para nosotros no. En realidad existe una diversidad de especies allí y hace cincuenta mil años comenzamos la vida en ese mundo. Yo fui elegido para ser el gobernante de aquél planeta; por lo tanto, puedo viajar a través del espacio sideral. No así la gente a la cual gobierno, ellos jamás han salido al Universo; pues ése, es tan solo un privilegio otorgado y ahora estoy aquí... de la misma forma ustedes también tienen un gobernante—
Yo estaba boquiabierto sin poder pronunciar palabra alguna, solamente lo seguía escuchando sin creer, ¡no podía hacer más!
—En mi mundo, nosotros nos alimentamos de metano líquido y otras sustancias; no necesitamos más y podemos ver en medio de la oscuridad intensa y espesa de ciertas zonas; así también podemos estar entre erupciones volcánicas y grandes tormentas eléctricas. A decir verdad, la Tierra y sus componentes atmosféricos, son tan suaves que no me producen ningún efecto.—
—Lo que yo he proyectado al frente en el cielo ha sido el camino hacia mi hogar, y ha sido transmitido desde mi cerebro al tuyo, a través del pensamiento; una ciencia, que desarrollamos en nuestro mundo hace treinta mil años para comunicarnos con mayor precisión. Si estuvieras en mi planeta escucharías solamente el sonido ensordecedor de su fuerza poderosa, por lo tanto, es mejor comunicarnos por el pensamiento.—
Después de aquellas palabras, ¡yo quería hablar, quería preguntar, quería gritar!, pero no podía, ¡seguía sintiéndome inmovilizado!. Fue cuando el misterioso ser de otro mundo continuó con sus palabras:
—Pareciera a simple vista que mi planeta es tenebroso y arrollador, ¿verdad?; pero es hermoso, es diferente, es otro mundo que no has visto nunca, en donde los colores y “esas diferencias” ¡hacen que el Universo entero sea un sin fin de posibilidades!. Ahora estoy a tu lado, porque siempre, desde que eras un pequeño niño te observaba; tu mirabas el cielo y en las noches te fijabas en las estrellas, deseabas saber que hay mas allá de lo que existe. Pero, sobre todo, porque sin darte cuenta y sin saber; mirabas hacia el camino de estrellas que conduce a mi planeta. Quizás siempre lo hacías y ahora ha llegado el momento. Te voy a entregar algo, necesito que lo revises y lo tengas contigo. Tú has sido el elegido y el tiempo está dentro de ti, como la vida misma.—
Al instante, aquél personaje como un rayo de luz desapareció de mi vista, dejando en su lugar un extraño pergamino. Pude al fin sentir mi cuerpo y moverme, pero la cabeza me dolía y la vista estaba muy cansada.
Acto seguido, un viento empezó a soplar dentro del auto, era muy frío, helado. Sentía una extraña sensación de corriente eléctrica recorrer por todo mi cuerpo y ¡el viento se hacía más intenso cada vez!. Sin más, opté por salir del coche, respirar profundo y tranquilizarme; fue entonces que esas sensaciones extrañas desaparecieron completamente poco a poco, pero no así, el miedo.
En el asiento delantero del auto, donde estaba sentado aquél ser similar a un anciano, yacía el misterioso pergamino. Enrollado con una cinta de bordes dorados, lo tomé entre mis manos y lo abrí; tenía un montón de signos raros, tal vez un idioma desconocido. Lo único que pude entender es que habían siete filas escritas con símbolos inexplicables. Nunca entendí si el ente extraterrestre me habló en español o qué, aunque eso parecía.
Encendí el vehículo, quería ir a casa desesperadamente; tenía terror, mi única compañía ahora era aquél pergamino, pues era la prueba fidedigna de lo que me había sucedido. No podía deshacerme de él porque tenía mucha curiosidad de saber qué es lo que contenía y tratar de descifrarlo; no obstante, confieso que me sentía muy confundido y demasiado nervioso, ¡impresionado!.
Llegué a casa, y con el manuscrito en mano entré a mi dormitorio temblando. Observé mi reloj y sorprendentemente ¡eran las 10 de la noche!. Entonces prendí la lámpara que estaba al lado derecho de mi cama y ¡en el reloj daban las 10 de la noche!. No podía creerlo, ¡el tiempo estaba detenido ante mis ojos!. Fui a la cocina y miré el reloj de allí, ¡también eran las 10 de la noche!; todos los relojes de la casa marcaban esa hora ¡y ni siquiera los segunderos se movían!.
Estaba a punto de enloquecer con tantas inquietudes y situaciones extrañas, en ese instante un sueño tan poderoso invadió mi cuerpo, acudí al sofá de la sala y sin más no poder, me quedé profundamente dormido hasta que según yo, era el día siguiente. Cuando desperté, ¡eran las 10 de la noche del 25 de Octubre!, ¡caramba!, ¡el tiempo no había transcurrido!.
Me sentía agotado y con poca fuerza, era como si toda la noche hice algún tipo de ejercicio físico, me dolía todo y mis músculos estaban fatigados, el corazón latía en mi cabeza y el eco de las palabras de aquél ser, resonaban mientras recordaba esa mirada tétrica. Me levanté con mucho esfuerzo y fui a mi dormitorio en busca del extraño pergamino, no quedaba otra opción.
Lo tomé entre mis manos y me sorprendí en gran manera cuando al mirar leí una frase que estaba escrita en mi propio idioma. ¡Era la primera de aquellas siete filas que estaba al descubierto! y lo que allí decía era: “La mujer de los ojos brillantes”, ¿quién o qué era eso?. ¡Ahora si las cosas empezaban a complicarse!
—¿Una mujer?, ¿ojos brillantes?, ¡esto no es más que un sueño, pesadilla siniestra!— me dije.
Abrí las cortinas de la recámara, la luna resplandecía con fuerza, era una noche estupenda, ¡pero no entendía nada de lo que estaba pasando!. -¿Quién descifró aquella frase y la puso allí mientras dormía?- me preguntaba. Cuando dí la vuelta ese manuscrito observé unas letras que decían: "Ikum de Micyr - planeta Hiddryx". Era aquél y su hogar sin duda.
Fui a darme un baño, lo necesitaba (podía moverme lentamente y la visión era borrosa). Quería meditar en lo sucedido, quería centrar mis pensamientos y ordenarlos antes de enloquecer por completo, tenía que tomar esa ducha y despejar la mente. Pensar que todo fue un mal sueño, pensar que el pergamino no existe y que al salir, todo iba a estar bien de nuevo y que ese manuscrito simplemente era una hoja suelta de alguno de mis escritos. Pero posiblemente ¡esos mismos pensamientos, eran tan solo un mecanismo de escape a la realidad que estaba viviendo!. Mientras me bañaba, ¡no podía dejar de pensar en aquellos ojos celestes que me miraban!, estaba temblando y muy débil. Recordaba a cada paso sus pupilas amarillas y sus grandes ojos; si seguía cavilando en ello, moriría. Intentaba recuperarme del shock, aunque era muy complicado. Salí del baño casi gateando.
Respiré hondo.
—Tranquilo y piensa; si no lo haces, todo va a empeorar, así que vamos a tratar de investigar un poco. Dejemos a un lado los temores, así sea por un instante— repliqué para mí mismo.
Me armé de valor, entré en el dormitorio, abrí el escritorio y con una lupa que tenía guardada allí por mucho tiempo, intenté analizar minuciosamente cada signo. Puse las manos sobre mi cara intentando concentrarme y no podía, ¡sus ojos me perseguían!. Cada instante que pasaba, la situación se agravaba. Cerré la mirada, me recosté y apreté con las manos mi frente, ya no soportaba el malestar. Entonces escuché algo en el patio de la casa, era una melodía suave acompañada del cantar de una voz muy fina con un coro misterioso.
Nuevamente me sentí aterrado, no sabía que me iba a suceder. En ese mismo instante, una corazonada intensa me dijo que esto era tan solo el principio de una misteriosa travesía que venía por mí.
"Extracto del capítulo 1 del Misterioso Pergamino Extraterrestre"
Alex Méndez Romero
interesante y buen relato ........... y desde acá sentirás un buhhhhhhhh espero que ese no te asuste , abrazos y muy buen día para vos
ResponderEliminarGran imaginación AUNQUE conozco gente que han sido contactados. Todo es un misterio, pero de que no estamos solos, no lo estamos. Muy interesante relato, me ha encantado y me quedé con ganas de más. Saludos!
ResponderEliminar